lunes, 27 de enero de 2014

JUAN MORA: CON CATEGORÍA DE ESPEJO.

Foto: Javier Arroyo
Por José Luis Benlloch
Habría que crear un banco de referencias taurinas. O una bodega con los mejores buqués si lo queremos decir con más poesía. En realidad sería una gran reserva del toreo de siempre a donde acercar a los jóvenes para que no se pierdan en vericuetos modernistas del toreo retorcido y constante. No habría muchos porque no existen, tampoco serían iguales porque dejarían de merecer la distinción, les uniría la naturalidad, el buen gusto, el toreo de riesgo, cierta irregularidad, en realidad tampoco serían perfectos porque la perfección castra el arte. Entre esos pocos a día de hoy estaría Juan Mora.

“¿Que se torea mejor que nunca?... No sé. El dogma y las tablas de la ley de esta profesión las escribieron muy bien nuestros predecesores”
“En mis sensaciones, en mis sentimientos, sí he estado cerca de la faena perfecta. Luego cuando ves la escena a través de imágenes te das cuenta de que hay mucha diferencia entre lo que sientes y lo que ves”
“¿El miedo?... Ese es muy pesado. Siempre estaba ahí. Lo quería superar pero era como querer dejar de fumar y no poder. Tiene su lado bueno, que te sensibiliza, te hace más humano, más humilde”
“De vez en cuando algún sainete no está mal. Eso también forma parte de la liturgia y si hay motivos se pega. Ahora lo hacen todo tan fácil que vamos a mal acostumbrar a los públicos. Yo no conocí nunca la simetría actual. Son portentos, les reconozco ese mérito, pero…”
“Estuve en un bosque muy espeso... De ahí se sale con valor, recurres a la enseñanza que viviste de niño, a la cultura taurina que mamaste y acabas levantándote porque sientes que en tus muñecas y en tu espíritu queda mucho toreo por decir”
“El triunfo de Madrid tuvo un poco de venganza y gloria pero reaccioné pronto y me dije esto qué es, esto no se puede ir de mi control, recordé que cuando más humilde eres más grande es tu paso por la vida…”
“Con técnica y oficio se consigue que el arte en lugar de aparecer como en cuentagotas fluya con más caudal. De otra manera puede que sepa a poco”
“El toreo debe tener mucho de improvisación. Que surja lo inesperado es importante. Mi padre cuando yo empezaba no me hablaba de la técnica, me hablaba de conceptos, de la pata p’alante, del temple… de toreo, de hazañas, de los grandes, era como una invitación a soñar”

La entrevista completa en su Revista APLAUSOS

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