FERMIN BOHÓRQUEZ - Foto: Joäo Silva |
En la inauguración de la temporada de Campo Pequeno no hubo novedades sino la confirmación de las virtudes de un veterano del toreo ecuestre en plena madurez: Luis Rouxinol. El portugués se presentó en el primer festejo del abono con una ambición renovada, encandilando a los aficionados con su toreo de absoluta entrega y logrando los momentos más brillantes de la noche. La primera parte del festejo transcurrió en ambiente casi soporífero, aunque Rouxinol rubricó una digna actuación frente al noble toro que rompió plaza. Todo cambió en el cuarto, un manso encastado, que le permitió rubricar una faena que mezcló sabiduria para superar las dificultades con verdad.
Fermin Bohórquez realizó en el segundo, sin trasmisión, una labor de más a menos y de escaso relieve artistico. Mejoró ante el sobrero lidiado en sexto lugar. El rejoneador jerezano diseñó una faena muy variada, destacando el temple que imprimió a algunas suertes, finalizando con dos pares a dos manos.
Joao Moura hijo salió dispuesto a dejar patente sus credenciales, aunque no redondeó el éxito. En su primero no acertó en la elección de los terrenos, sin embargo muy distinta fue su lidia al quinto, de franca embestida, con el que desarrolló una brega vistosa, con suertes espectaculares que llegaron con fuerza a los tendidos.
La competencia entre los grupos de forcados Amadores de Lisboa y Amadores de Vila Franca resultó muy emotiva levantando al público de sus asientos en más de una ocasión.
Aplausos
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