domingo, 21 de abril de 2013

RESPETO A LA SANGRE DERRAMADA.

Por: Paco Mora

Los que se esfuerzan en las redes sociales por dar la impresión de que los toros que torean las figuras son inofensivos, tienen motivos para reflexionar. El Juli es una muestra palpable de que todos los toros que salen a los ruedos son un peligro latente
Los que se esfuerzan en las redes sociales por dar la impresión de que los toros que torean las figuras son inofensivos, tienen hoy motivos para reflexionar sobre su error. Julián López “El Juli” en el lecho del dolor, es una muestra palpable de que todos los toros que salen a los ruedos son un peligro latente para la integridad física de sus lidiadores. El Juli es un consumado maestro, como lo fue Manolete, como lo fue Paquirri y como lo habían sido antes Joselito, Granero y muchos otros de una larga lista, que cayeron víctimas de unos toros que también en sus respectivas épocas los profesionales de la protesta calificaron de “cucarachas”. Siempre los ha habido y siempre los habrá; son los eternos descontentos, algunos de los cuales si no fuera por la televisión -que tanto denigran- no verían más allá de los dos o tres espectáculos menores de sus pueblos. Ahora alborotan, rabian e insultan escondidos detrás de la mata en las redes sociales, donde dan salida a su pequeñez e ignorancia tratando de enmendar la plana a los periodistas y minimizar a los toreros. Que es para lo que aprovechan esos detractores camuflados de aficionados un medio en el que, además de salirles gratis, no tienen que dar la cara. Pero hay que continuar escribiendo, primero porque es nuestro oficio y luego por los aficionados sensatos, educados y respetusos que son la mayoría. Por la negativa lepra a la que me refiero no valdría la pena ni sentarse frente al ordenador.
El Juli ha caído en la Feria de Sevilla porque es un profesional como la copa de un pino, y eso nadie se lo puede negar. Y por un espíritu de superación y una ambición de triunfo, que hacen de él un autentico fuera de serie. Por eso ha aceptado los desafíos que ha aceptado, y después de abrir hace escasos días la Puerta del Príncipe, no ha cejado en el empeño de continuar jugándosela, sin cicatería de ninguna clase ni alivios que ni necesita ni pretende. Habrá quienes tengan más arte, quienes estén en posesión de una técnica tan buena como la suya, tan valientes como él, pero en capacidad de liderazgo y en espíritu de superación y sacrificio, hoy por hoy no hay nadie que le gane a Julián López. Un respeto para la sangre derramada de este fenómeno de la entrega en el ruedo…
APLAUSOS

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