viernes, 26 de abril de 2013

UNA GENIALIDAD DE BENÍTEZ.

PACO MORA

La genialidad del último Califa, de instalar una plaza portátil en unos terrenos de su propiedad para que toree su hijo, coincidiendo con la Feria de Córdoba, es la palpable demostración de que los peores enemigos los tiene la Fiesta dentro. El Cordobés (Benítez) y su entorno no han encontrado otro modo de hacerle la pascua a la nueva empresa de la Plaza de Los Califas que volver a la guerrilla para tratar de restarle público al programa que con tanto esfuerzo y riesgo han confeccionado Antonio Tejero y sus socios. Es muy probable que la cosa no pase de la anécdota, y el esperpento benéfico anunciado a bombo y platillo no signifique ninguna ayuda para aquellos utilizados como pretexto. Ni ellos ni quienes son arrastrados por Benítez en sus estrafalarias aventuras, merecen verse implicados en el daño que estas puedan hacerle a una feria tan tradicional como la cordobesa.
Lo que parece inverosímil es que el ayuntamiento de una ciudad tan importante en la historia del toreo como Córdoba, y que cuenta con una plaza tan emblemática, se haya prestado a una pantomima de ese calibre. Lo único que necesita la Fiesta en momentos tan difíciles económicamente es que se convierta en divertimento o arma arrojadiza de los caprichos de un papá despechado. Distinto sería si Julio Benítez estuviera toreando y la empresa quisiera cerrarle el paso, pero, ¿dónde está el palmarés del hijo de El Cordobés? Suerte que el público no es lerdo y se dará cuenta de la jugada y del esquinamiento que encierra en su planteamiento. En fin, la penúltima genialidad del Benítez, demostración palpable de que la Feria de su tierra le importa un pimiento. Cuando se trata de salirse con la suya es capaz de intentarlo aunque se hunda el firmamento. En cualquier caso, si se celebra el sainete, Julio Benítez no habrá toreado en Córdoba sino en un bancal de su padre.
APLAUSOS

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