"...Fue gracias al surgimiento de las redes sociales que los aficionados tenían un espacio para disfrutar libremente y expresarse bien o mal de sus ídolos y de mostrar su animadversión como en cualquier otro espectáculo, deporte o bella arte..."
“La jauría extendida”
Luis Cuesta
Que difícil resulta en estos tiempos hablar de toros con libertad, sin ser censurado, sin molestar, sin descomponer o alterar el engranaje de una máquina que esta aceitada para funcionar con el piloto automático de sus operadores, que viven y “cuidan” de ella.
No mucho ha cambiado en la última década en el establishment del periodismo y la crítica taurina, ya que se sigue operando a la vieja escuela, es decir con el sobre por delante, solo que actualmente disfrazado de otras formas “digitales”.
Se dice a diestra y siniestra por algunos críticos unos más respetados que otros, que las redes sociales han contribuido a la degradación de la información taurina, lo cual puede ser cierto ¿Pero antes de su aparición y su real repercusión allá por el ya lejano año 2010, cuál era el panorama de la fiesta en nuestro país? No más halagador hay que recordar.
La fiesta brava había perdido espacios y credibilidad en la prensa escrita, los festejos transmitidos por televisión, fuera de la temporada grande eran prácticamente nulos, la radio estaba concentrada en su mayor parte sólo en la capital del país y la mayoría de los nuevos portales taurinos lejos de ejercer ese cambio que la afición taurina esperaba, habían sucumbido a las traiciones y golpes de estado en aras de su supervivencia, asi como a los viejos vicios de la vetusta escuela del sobre.
Fue gracias al surgimiento de las redes sociales que los aficionados tenían un espacio para disfrutar libremente y expresarse bien o mal de sus ídolos y de mostrar su animadversión como en cualquier otro espectáculo, deporte o bella arte. Eran los signos de los tiempos que estaban por venir y con ellos también pudimos seguir de cerca en tiempo real, las últimas campañas de ultramar de algunos de los jóvenes con más futuro de nuestra baraja nacional.
Las redes también sirvieron para unificar nuestra fiesta con la Europea, los portales españoles ante la crisis económica que viven y que como consecuencia su fiesta ha sufrido una alarmante disminución de festejos, han entendido que había que diversificar sus ingresos y lo que parecía imposible en otros tiempos, han visto en el actual auge de nuestra fiesta una buen cantidad de dólares a tal grado de aumentar el número de contenido, cobertura y publicidad en sus sitios. Esta parte ha sido sana para todos podría pensarse.
¿Pero cuáles han sido la repercusiones negativas de esta fusión? Las repercusiones han sido que los más importantes portales taurinos lejos de ejercer una crítica inteligente, libre y un periodismo veraz ahora son copy-paste de apoderados, empresas y de boletines oficiales que por cierta cantidad de euros compraron algún espacio en sus sitios.
Si uno lee las crónicas de algunos festejos en la República Mexicana parecería que todos fueron escritos en la misma agencia (estilo EFE) ya que invariablemente uno se encuentra con los siguientes términos en cada festejo, como por ejemplo: toros “correctos de presentación”.
Pero matador, novillero, empresa o ganadero que paga la papa se lleva las palmas y al resto se les maquilla para no elevarlos (si no pagaron la cuota) ni afectarlos, porque en un futuro podrían convertirse en clientes o patrocinadores.
Otros adjetivos de los que se abusa son: Cumbre, histórico, arrimón (y es que ahora se torea más cerca de los pitones que nunca, porque la bravura en la mayoría de las ocasiones no existe) firme, hondura y largura entre otros clarividentes adjetivos.
Aquí no se esta descubriendo el hilo negro, ya que lo anterior siempre ha existido solo que ahora se disfraza mejor y cada vez son más en la jauría, al no existir ya “plumas mandonas” como la que ejerció Pancho Lazo en su tribuna del ESTO por citar un ejemplo.
La mayoría de los nuevos “periodistas taurinos” en su gran mayoría se venden por muy poquito, ya sea por un pase de prensa, unos boletos de gayola o tendido ( porque las barreras no existen en su actual universo) una palmadita en la espalda, un saludo, un RT o un DM en Twitter y algunos hasta por una “caricia” si pudieran.
Esa nueva camada de periodistas taurinos de portales y de algunos programas de televisión, que se sientan en la misma mesa de aquellos que tanto alaban o critican en la intimidad. Que se hospedan en sus mismos hoteles (o por lo menos rondan por el lobby, comedores y bares, para muestra hay que darse una vuelta por Aguascalientes en estos días) son los mismos que falsean y denigran la fiesta brava en aras de defenderla o ¿Cuantas plumas verdaderamente honradas y que no estén comprometidas conoce usted?
La única verdad es que sin seriedad y con compromisos no hay crítica taurina, algunas veces el crítico se podrá equivocar, pero mientras se haga con la convicción de que es lo correcto, sin ataduras, con profesionalismo y con el corazón por delante, siempre se estará dando un paso para adelante. Aunque en ese paso el crítico o periodista se lleve el repudio y la cornada de aquellos a los que les incomoda la sinceridad y la verdad por tocar sus intereses.
En cierta parte es cierto lo que escribió un crítico taurino en su columna publicada la semana pasada en De SOL y SOMBRA, en donde criticaba a la nación taurina twittera por sus exageradas muestras de apoyo al Juli tras la cornada que sufrió en Sevilla.
Pero siento que esas expresiones no pueden ser censuradas del todo, porque no se puede lucrar con los sentimientos y la pasión del aficionado, ya que en su mayoría eran muestras sinceras de solidaridad y preocupación, sin ánimo de lucro.
Aunque también hay que señalar que entre la nación twittera han comenzado a pulular algunos personajes, que a cambio de una entrada y sus viáticos, asisten a cuanto festejo se les solicite, así como a darle coba al matador en turno en las redes sin pudor, y como una especie de enfermedad venérea, contagiar al mayor número de seguidores de su bien “intencionada afición”.
Pero hay casos mucho más lamentables que el apoyo en Twitter hacia algún torero, como por ejemplo las transmisiónes de los festejos del pasado serial en Texcoco que fueron un verdadero ejemplo del termómetro de nuestra fiesta actual, y ¡Cuidado! hecho por algunos periodistas de “acreditado prestigio”.
Esos periodistas convirtieron las transmisiones de la pasada feria de Texcoco en un bacanal, en donde abundó la falta de seriedad, la coba, el mal gusto y la adulación remilgada. Casos como el anterior le hacen un terrible daño a la fiesta y al aficionado, pero extrañamente no fueron tomados en cuenta por la “critica y los medios oficiales”.
¿Y que me dice de las transmisiones por televisión y de radio tanto en la capital como en provincia? Donde se impone la ley mordaza de la empresa en turno y la refutación de la objetividad visual y auditiva del espectador, ya que si no se sigue esa línea marcada vienen los vetos, hasta caer en la remoción del pase de prensa y su consecuente expulsión del callejón.
¿Pero por qué se imponen esos vetos o castigos? Porque esta muy claro que no puedes morder la mano de aquel que te da de comer o te paga la fiesta.
Si lo que buscaban algunos aficionados y profesionales era imponer una crítica y un periodismo taurino a la medida, afectado, ensayado, estudiado y teatral, por no decir solamente amanerado, han triunfado.
Pero para la mala suerte de esa jauría de informadores y corresponsales, siempre existirá una crítica libre sin compromisos, que no toca las puertas de las empresas, de algunos apoderados y de casas ganaderas con tal de conseguir un pase de prensa, una mensualidad o una entrada gratis para la novia (o) y amigos.
Siempre existirá una critica que señalará y hablará con la verdad cuando la ocasión lo amerite, que denunciara y criticara con objetividad todo aquello que a su juicio no está bien.
¿Usted se preguntará y donde estan esos críticos?
No se preocupe, los aficionados y taurinos de verdad siempre saben donde encontrarlos.
Es lo que digo yo
Twitter @LuisCuesta_