Madrid, 13 may (EFE).- El diestro Gonzalo Caballero evoluciona "favorablemente" de la grave cornada en el muslo izquierdo sufrida en la corrida de ayer en Las Ventas, la herida tiene "buen aspecto" y drena también "magníficamente bien", ha informado hoy a Efe el cirujano jefe de la plaza de Madrid, el doctor Máximo García Padrós.
El joven torero madrileño, de 24 años, ha pasado la noche "fastidiado" en el hospital San Francisco de Asís, de Madrid, pese a estar medicado con "calmantes y antiinflamatorios" para mitigar los "fuertes dolores" que padece en la zona afectada, debido, principalmente, "a la cantidad de destrozos musculares que le produjo la cornada", señala Padrós.
No obstante, y tras la primera revisión a la que ha sido sometido este mediodía, la herida "va bien, tiene buen aspecto y ha drenado también de maravilla", aunque todavía hay que esperar "algunas horas más para descartar las posibles complicaciones que suelen darse en cornadas de este tipo", apunta también el galeno.
Padrós, que ha tenido también la oportunidad de conversar con él, ha confesado que, pese a los dolores, Caballero se encuentra "muy tranquilo", consciente de que su paso por Madrid no ha dejado indiferente a nadie.
"Él sabía que tenía que pasar algo, que no podía irse sin decir nada. La apuesta fue la de ponerse de verdad, en el sitio donde los toros cogen, y ahí, en un momento, le echó mano. Era inevitable. Ya se había escapado dos veces antes, pero él era consciente de ello, y aún así arriesgó el tipo", cuenta Padrós.
Para el cirujano jefe de la Las Ventas, Caballero aún deberá permanecer en el hospital "al menos cinco o seis días más" hasta recibir el alta hospitalaria, aunque la recuperación será "dura" porque "hay que hacerle varias curas posteriores y también recuperar los músculos con rehabilitación", finalizaba Padrós.
Caballero resultó cogido por el tercer toro de la corrida que se celebró ayer en Las Ventas, séptimo festejo de la Feria de San Isidro.
El madrileño ensayaba el toreo al natural, cuando el toro, de la ganadería de El Ventorrillo, tiró un derrote seco y cazó de lleno al torero madrileño a la altura del tercio medio, cara interna del muslo izquierdo, lanzándolo por los aires y pasándolo de pitón a pitón.
En la enfermería fue operado de cornada en cara interna, tercio medio del muslo izquierdo, con dos trayectorias, una de 20 cm hacia adentro, que contornea el fémur y alcanza la cara externa del mismo contusionando el paquete vásculo-nervioso y produciendo destrozos en músculo vasto interno, crural y vasto externo; y otra trayectoria de 15 cm hacia afuera y ascendente, que alcanza el fémur".
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