José Ignacio de la Serna
miércoles, 11 de septiembre de 2013
EL PURI: "FUI TORERO DE TORO GRANDE Y BILLETE CHICO".
Cuando era niño, Agustín Castellano Martínez soñaba con ser torero para ser rico, quitar a su madre de trabajar y hartarse a comer filetes empanaos. Y si no lo consiguió, fue "por culpa de los apoderados, que me robaron todo". ¿Suena a tópico? Quizás. Pero ahí está su brillante palmarés para demostrarlo: quince orejas y cuatro salidas a hombros por la Puerta Grande de Las Ventas avalan las palabras de un hombre bragado que a mediados de los años sesenta fue gente importante en el verano en Madrid. Triunfó con las corridas más duras, con el toro fiero que asusta al público y a las cuadrillas y no hay que tirarle del rabo para levantarlo. Dos veces le dieron la extremaunción. Hoy acude a su feria de Córdoba vestido de corto. "Cuando me visto, en mi casa se apaga hasta la tele".
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