Por: Pedro Julio Jiménez Villaseñor.
Fecha: 2013-12-10 18:11:21
HOY MARTES 10 de diciembre, muy de mañana recibí la llamada de un excelente amigo, Paco, radicado en el Distrito Federal. Me preguntaba si su servidor conocía datos fidedignos sobre la desafortunada cornada que le quitó la vida al novillero yucateco de nombre Laureano de Jesús Méndez Uh la tarde del pasado sábado.
DESGRACIADAMENTE DE fundamentos o referencias estoy en cero, hace unos segundos llamé a la presidencia de Valladolid intentando me comunicaran con el ciudadano que lleva los poderes municipales y me informaron de su no presencia en estos momentos. Me decían que quien podría infórmame, un señor de nombre Lorenzo, que tampoco estaba, y por lo mismo quedé igual o peor ya que es increíble absolutamente nadie conocía de la funesta cornada. Lo único que pude saber es que Xuilub, población donde sucede el percance, esta a 20 kilómetros de la cabecera del lugar en cuestión y que no llega a los mil habitantes. En el teléfono 01 985-8 56 28 83, registrado en internet como el del hospital, me indican que dicho establecimiento ya no tiene línea para comunicarse con medico alguno para solicitarles algo de información ya que lo poco que conocemos del percance nos llega “de carambola”.
CONTESTO OTRA de sus preguntas… Por esos lares es costumbre arcaica se lidien en esos festejos astados criollos, cebús, de media casta o de origen indefinido, muchas de las veces son astados “peregrinos”, de los que solamente los rentan y por lo mismo andan de feria en feria, ya saben latín y latón. Y es imaginable que estos humildes toreros no cuentan con seguridad, física y moral, de ninguna especie, no están afiliados a asociación alguna de cierto prestigio, no hay sindicatos serios que velen por sus intereses, van a la buena de Dios aunque en alguna ocasión conocí que entre ellos cuidan sus fuentes de trabajo, sobre todo de los advenedizos que les quiten lugares y poblaciones donde ganarse un peso.
LA CORNADA a Laureano fue espantosa, el pitón del astado penetró por el ojo derecho llegando hasta el cráneo del infortunado muchacho de 29 años, compañeros y aficionados lo trasladaron al Hospital Regional de Valladolid en un auto particular, esto nos indica que ni ambulancias había y que su agonía fue corta, al centro hospitalario llegó sin vida, una triste realidad es la falta de los servicios más indispensables en esos lugares. Quiera Dios que su muerte no sea en vano y esto sirva para tomar providencias futuras. Para ellos torear es trabajar, es su modus operandi, su modus vivendi.
ALGUIEN TENDRA que dar la cara, la autoridad, el empresario o los amigos, a la familia de este hombre debe de tendérsele la mano, esto no puede ni debe de pasar desapercibido.
DESCANSE EN paz Laureano de Jesús Méndez Uh
DESGRACIADAMENTE DE fundamentos o referencias estoy en cero, hace unos segundos llamé a la presidencia de Valladolid intentando me comunicaran con el ciudadano que lleva los poderes municipales y me informaron de su no presencia en estos momentos. Me decían que quien podría infórmame, un señor de nombre Lorenzo, que tampoco estaba, y por lo mismo quedé igual o peor ya que es increíble absolutamente nadie conocía de la funesta cornada. Lo único que pude saber es que Xuilub, población donde sucede el percance, esta a 20 kilómetros de la cabecera del lugar en cuestión y que no llega a los mil habitantes. En el teléfono 01 985-8 56 28 83, registrado en internet como el del hospital, me indican que dicho establecimiento ya no tiene línea para comunicarse con medico alguno para solicitarles algo de información ya que lo poco que conocemos del percance nos llega “de carambola”.
CONTESTO OTRA de sus preguntas… Por esos lares es costumbre arcaica se lidien en esos festejos astados criollos, cebús, de media casta o de origen indefinido, muchas de las veces son astados “peregrinos”, de los que solamente los rentan y por lo mismo andan de feria en feria, ya saben latín y latón. Y es imaginable que estos humildes toreros no cuentan con seguridad, física y moral, de ninguna especie, no están afiliados a asociación alguna de cierto prestigio, no hay sindicatos serios que velen por sus intereses, van a la buena de Dios aunque en alguna ocasión conocí que entre ellos cuidan sus fuentes de trabajo, sobre todo de los advenedizos que les quiten lugares y poblaciones donde ganarse un peso.
LA CORNADA a Laureano fue espantosa, el pitón del astado penetró por el ojo derecho llegando hasta el cráneo del infortunado muchacho de 29 años, compañeros y aficionados lo trasladaron al Hospital Regional de Valladolid en un auto particular, esto nos indica que ni ambulancias había y que su agonía fue corta, al centro hospitalario llegó sin vida, una triste realidad es la falta de los servicios más indispensables en esos lugares. Quiera Dios que su muerte no sea en vano y esto sirva para tomar providencias futuras. Para ellos torear es trabajar, es su modus operandi, su modus vivendi.
ALGUIEN TENDRA que dar la cara, la autoridad, el empresario o los amigos, a la familia de este hombre debe de tendérsele la mano, esto no puede ni debe de pasar desapercibido.
DESCANSE EN paz Laureano de Jesús Méndez Uh
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