Enrique Ponce ha recibido en Valencia el II Premio 'Patio de Cuadrillas', entregado por LP Punto Radio como reconocimiento a un gesto o detalle de la temporada. El maestro de Chiva fue homenajeado en esta ocasión por la filosofía de programación de sus temporadas a lo largo de sus 23 años como matador.
“No soy el mejor. En tauromaquia no hay un número uno porque el toreo no es la Liga o la Champions. Además en los toros, como en el resto de artes, interviene algo tan subjetivo como el gusto de cada uno”.
Ponce no es el mejor, ¿o sí?
Carlos Bueno
30 años después de recibir los sabios consejos de su abuelo, Enrique Ponce, aquel chaval ilusionado y con una mente privilegiada, ha matado 2.120 corridas y se ha convertido en un caso único en la tauromaquia.
“No soy el mejor. En tauromaquia no hay un número uno porque el toreo no es la Liga o la Champions. Además en los toros, como en el resto de artes, interviene algo tan subjetivo como el gusto de cada uno”. Lo dijo Enrique Ponce hace unos días en la entrega del premio “Patio de Cuadrillas” que Punto Radio Valencia le entregó en reconocimiento a la filosofía de programación de sus temporadas. Un galardón que valora 23 años, toda una vida de matador, protagonizando campañas de principio a fin, desde marzo hasta octubre, dando la cara en las ferias más importantes, ante las aficiones más exigentes, en las plazas más duras, sin rehuir los compromisos más complicados, lidiando todo tipo de toros.
Se trata de la figura del toreo que a más Victorinos se ha enfrentado por decisión propia, que se las ha visto con Cuadris en Madrid, con Miuras en homenaje a Manolete, con los amplios Samueles en Bilbao… En su historial figuran éxitos con Cebada Gago, con Galache, con Ana Romero, con Juan Pedro, con Valdefresno… es decir, con todo tipo de ganaderías y de encastes. Posiblemente sea imposible encontrar otro matador con su capacidad de comprensión de los diferentes comportamientos animales.
Ha triunfado con los astados más complicados y con los más pastueños, en su vertiente más lidiadora y en la más artística. Un auténtico camaleón con una regularidad en el triunfo sin precedentes. Ha batido records con cifras estratosféricas de toros lidiados, festejos toreados, premios logrados, puertas grandes abiertas. Nadie ha indultado tantos toros como él, nadie ha participado de forma desinteresada y solidaria en tantos festivales benéficos como él.
El torero de Chiva ha enarbolado la bandera del toreo de forma ejemplar dentro y fuera de los ruedos; ha vivido comprometido con su profesión desde el día que decidió vestir de luces; ha sido consecuente con su condición de figura y ha conseguido que el éxito haya sido el resultado habitual de sus actuaciones aunando cantidad y calidad de forma sorprendente.
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