Foto: Berho |
Antonio Nazaré debutó en Pamplona frente a un animal con movilidad pero que siempre llevó la cara arriba, sin entrega ni clase. Brindó la faena a los hijos de Salvador Cebada Gago, recientemente fallecido. El sevillano anduvo entregado y con muchas ganas en una labor de más voluntad que brillo. Firme el torero de Dos Hermanas, que no se dejó nada dentro. En la última bernadina, con la que cerró su labor, apunto estuvo de ser herido. Cobró una buena estocada. El sexto humilló de salida y Nazaré jugó bien los brazos a la verónica. Brindis al público pamplonés. El torero de Dos Hermanas, decidido como durante toda la tarde, no dudó y sin probaturas cuajó una labor bien estructurada y medida. El sevillano jugó bien con los tiempos y los terrenos. Sobre la diestra toreó ligado y templado. Hubo muletazos de mucha despaciosidad. Con la izquierda, la faena creció. Naturales largos, suaves, de bello trazo y arrastrando la muleta. Encajado y siempre bien colocado el torero. Tras un pinchazo arriba cobró una buena estocada. La oreja, de peso. Importante.
El castaño que abrió plaza fue un toro serio por delante, ofensivo que se movió bien en los primeros compases de la lidia. A la salida del segundo puyazo, el de Cebada volteó con violencia a Pablo Simón, banderillero de Francisco Marco. Espeluznante la voltereta al subalterno que le atravesó la banda de la taleguilla afortunadamente sin consecuencias. Brindó al público el estellés una faena prologada de rodillas en los medios ante un toro que tuvo nobleza y se movió bien pero le faltó mayor transmisión. Cuidó el navarro al toro, al que toreó con templanza y limpieza en una labor correcta. Mató de estocada tras pinchazo. Rodilla en tierra y con una larga cambiada recibió Marco a su segundo. Quitó por chicuelinas rematada de una revolera. Tras brindar al ganadero de Saboya arrancó la faena sobre la diestra, dando distancia al toro. Ligazón en los muletazos. Humilla el animal, que tuvo mejores inicios que finales. El toro se movió con emoción y transmisión pero la faena, a pesar de la voluntad del navarro no rompió con fuerza. Dejó una buena estocada tras pinchazo y fue premiado con la oreja.
El que hizo segundo no tuvo la calidad del anterior, aun así Morenito de Aranda entendió bien a un toro deslucido y al que no le sobraron las fuerzas. El burgalés lo llevó siempre a su altura, sin brusquedades, logrando dos series templadas y de buena expresión sobre la diestra. Destacaron también los remates y un bello cambio de mano. Morenito, al igual que Nazaré brindó a los hijos de Don Salvador. Este quinto, fino de hechuras, armónico y serio le costó mucho desplazarse en los engaños. De escaso recorrido y humillación. El burgalés, a base de tesón, de atacarle y ganarle la acción trató de robarle muletazos y tirar de su oponente aunque sin demasiado éxito. No estuvo acertado con los aceros.
Pamplona, lunes 9 de julio de 2012. Toros de Cebada Gago, muy bien presentados, serios, bien hechos, astifinos. 1º) Noble; 2º) Manejable, sin clase; 3º y 4º) Deslucidos, sin humillar; 4º) Bueno; 6º) Con humillación y calidad. FRANCISCO MARCO: Vuelta al ruedo y oreja; MORENITO DE ARANDA: Palmas y silencio tras aviso; ANTONIO NAZARÉ: Ovación con saludos y oreja; Entrada: Lleno. Los toros lucieron divisa negra en memoria de Salvador Cebada Gago.
Aplausos
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