Foto: Ricardo Relvas |
El novillero Luis Francisco Abanades fue intervenido ayer en el Hospital Doce de Octubre de Madrid de la triple fractura de mandíbula que sufrió el pasado sábado tras ser cogido por un novillo deJulio de la Puerta en Leganés. El joven espada fue sometido a una operación de cuatro horas en la que le fueron colocadas tres placas de sujeción de manera 'satisfactoria', según ha explicado a mundotoro su padre Enrique Abanades:
'Aún sigue en la UVI. Le hicieron una traqueotomía para poder operarle, pero está consciente y bien. No puede hablar pero nos hace el signo de la victoria', manifiesta el progenitor del torero, que sufrió una tremenda cornada en la cara al ser cogido a portagayola. Enrique Abanades cuenta cuáles son los daños de su hijo, -que recientemente debutó con picadores en Villaviciosa de Odón- y 'estará dos días más en la UVI' antes de pasar a planta:
'Afortunadamente no le tocó ningún órgano vital. Tiene la mandíbula fracturada por tres partes, dos fracturas a cada lado de la barbilla y otra hacia el pómulo. También perdió alguna pieza dental. Además tiene un poco inflamado el cuello, el músculo esternocleidomastoideo. Ha estado tres días sedado. Ayer por la tarde estaba muy nervioso, por eso le volvieron a dar más sedación'.
Pasado el susto inicial, queda ahora por delante un largo camino de recuperación: 'Los médicos creen que no habrá complicaciones. La recuperación será lenta pero será al 100%. Creemos que necesitará dos meses y medio. No habrá ninguna secuela, han dicho los médicos. De ánimo está bien. Ahora es cuando se ha dado cuenta de la gravedad. '
Abanades relata los duros momentos del percance: 'Fue un susto tremendo. Al principio cuando le cogió pensamos que iba herido en el pecho por el golpe que le dio. El novillo le arrolló y le tiró y ya en el suelo le empitonó en la mandíbula. Afortunadamente lo peor ya ha pasado'.
La cornada fracturó la mandíbula, pero milagrosamente no dañó órganos vitales: 'Ha sido un milagro. Cuando me dicen que ha sido mala suerte yo les digo lo contrario. Hemos tenido buena suerte: Si el pitón entra dos centímetros más abajo le hubiera corneado en el cuello y sería algo mucho más serio. El sábado la Virgen del Pilar nos echó un capote.'
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