viernes, 20 de junio de 2014

LOS APODERADOS / POR: BARDO DE LA TAURINA Y EL VITO.



Sin Tapujos 
Bardo de la Taurina y El Vito

'Los Apoderados, los hay; Taurinos, Éticos, Vivales, Ambiciosos, Esnobistas, Arribistas, Usurpadores y Chuflas’.

Bardo de la Taurina
No importa que el Bardo lo piense, lo que importa es que así es el hecho de que dentro de este mundo de la taurómaca dos son los apartados más violados, usurpados, degradados, que lo son; los vulnerados por los piratas que dizque ejercen labores de ‘periodistas, comunicólogos y fotógrafos’ y el otro lo es el de los que se disfrazan de ‘apoderados’ profesiones ambas que han perdido credibilidad sin que nadie haga nada por parar estas plagas enfermizas y dañinas.

En el entendido que los dos oficios mal llevados dañan hasta el tuétano, pero el de ‘apoderado’ puede llegar a consecuencias terroríficas letales, cuando son ejercidos por malandrines, mas la pregunta es ¿Cómo es que los toreros se dejan engañar por estos falsos especímenes? Los que se clasifican en:

Los Vivales: Esos que ven y van tras cualquier oportunidad dentro del medio como el que alguien les publique unas letritas que son eso; letras y no palabras con fondo, que son los que se les arrastran a quienes tienen el poder de encender un micrófono, los que con su lengua les lamen los zapatos a los empresarios por una acreditación o de perdida por un boletito ¡Miserables!, los que se cuelan a las ganaderías y a cuanto evento social se realiza y ahora sí que como son en sí unas rémoras ‘profesionales’ pues claro que siempre se están dejando ver en el medio y eso hace que los incautos Toreros piensen que se trata de tipos influyentes y poderosos dentro del ambiente y cuando los ‘lagartijos’ les ofrecen ‘apoderararlos’ bueno creyendo que están ante un ser influyente pues caen redonditos.

Los Ambiciosos: Esos vienen siendo una variante o extensión de los ya mencionados con la diferencia de que lo que les mueve es el dinero que les puedan sacar a los toreros a los que ‘colocan barato’ y además por ello sacan raja y tratan o reciben lana por parte de las empresas en cobro, de compensación o comisión por haber colocado a bajo precio a ‘su’ torero, además hay que decir que en esta clasificación entran quienes generalmente y en un alto porcentaje son quienes ordenan a los otros empleados los llamados veedores de toros que escojan toros destartalados, indigno, falto de trapío y sobre todo de edad y cornamentas para que así ‘sus’ toreros no se expongan y corran menos riesgos y son esos apoderados quienes ordenan les serruchen los cuernos a los toros en la más indignante degradación a la Fiesta Brava, esto para disminuir en lo posible el riesgo siempre latente de una cornada evitando con ello, que un toro entero vaya a darle una cornada a su torero, lo que ocasionaría parar a sus ‘maquinitas de producir dinero’

Los Esnobistas: El termino no requiere de mayor explicación pues es obvio que se trata de los que andan en esto por darse la lija de presumir de ello, más ¡cuidado! son estos ignorantes los que asisten a un sorteo y a la hora de sacar los papelillos de cigarro en donde están escritos los lotes de los toros creen que van a sacar de dentro de la chistera o sombrero al conejo de la buena suerte, ¡Qué tipos!

Los arribistas: Son esos tipejos que en una reunión por alguna razón que generalmente es el dinero, se hacen notar y a las primeras de cambio se ofrecen como apoderados o son solicitados por los mismos toreros que se dejan deslumbrar para que los ‘apoderen’ y caen redonditos ambos, toreros y ‘apoderados’ porque también quien se engaña así mismo es un perdedor.

Los Usurpadores: Este apartado es el reservado de plano para los lucradores, estafadores y delincuentes que de ésta función viven a costa de los toreros y también se les puede ver ejerciendo esta actividad por órdenes de terceros como pueden ser los señores influyentes que no gustan o no les conviene ser identificados como los de los dineros o fuerza y requieren de peleles presta- funciones, que son los que sirven a empresarios o ganaderos que alargan sus tentáculos de poder o tratan de alguna manera de monopolizar abarcando posiciones dentro de la fiesta y usan a estos jornaleros para que den la cara y son a los que mandan a ver toros, sortear, ir a llevar recados en fin son gatos de angora usurpando funciones de apoderados, cabe decir que a estos tipos también los utilizan los mecenas y papás de toreros y claro por ser usurpadores de funciones pues no saben nada ni siquiera mandar o a quien mandarle un boletín de prensa, ya no se diga enlotar y hasta no empalmar fechas o saber que toros le van a contra estilos de su torero y de dar instrucciones y consejos pues ya mejor ni hablamos.

Los Chuflas: Pues de plano estos son los locuaces que ni ellos mismos saben porque andan rodando dentro de este caleidoscopio de la taurina pero que como están tan chuflas, hasta se atreven a estar presentes dentro de un callejón con los riesgos para ellos y pa’ los demás, podrían parecer inocentes y hasta inofensivos pero ¡cuidado con ellos!, pues no hay nada peor, dice el refrán; que un pendejo con iniciativa.

¿Usted Torero goza de la fortuna de tener un apoderado, taurino entendido o cuando menos ético? que sí existen buenos y respetables ¿o tiene puesta su carrera y aún su vida en las garras de cualesquiera de esos malandrines que aquí hemos clasificado? Si es así revisen su conciencia y su inteligencia pues recuerden que en ello no solo va su prestigio, sino el riesgo de que puedan morir ¿pues quién debe exigir y revisar de que en las plaza haya ambulancias y servicios médicos? pues obvio ¡Los Apoderados! Y entonces ¿Por qué cuando estos servicios no existen, permiten que su torero toree? Pues porque ¡claro! si no lo hace no se cobra y si no se cobra no hay comisión ¡Que chingones! exponen al torero a cambio de un puñado de parné, ¿es ese dinero bien habido?

LOS APODERADOS

Víctor José López EL VITO
El Capítulo VIII del libro biográfico de Chávez Nogales sobre la fantástica vida de Juan Belmonte, relata cuando el trianero llegó a España en el año 14. Venía el maestro de México y de Sudamérica de vivir aventuras inimaginables entre la vida y la muerte, entre distadores y guerrilleros y mujeres apasionantes que le indujeron a amores inconfesables. Cuenta en su biografía Chávez Nogales que “Juan desembarcó en la Coruña, donde le esperaban su padre y varios amigos, entre los que se hallaban su nuevo apoderado Juan Manuel Rodríguez, y su mozo de estoques, Antoñito Conde”. Los aficionados más curiosos, los más enterados y en especial para aquellos que conocen los rincones en la vida de los toreros, es muy difícil que se refieran a “los apoderados” en aquellas épocas de las edades de Oro y de Plata en la Fiesta. 

¿Sabe usted quién apoderaba Joselito, El Gallo, Guerrita o Bombita en sus temporadas gloriosas? No se preocupe, ni ellos mismos lo sabían. 

Nada que ver con el apoderado de ahora, y mucho menos tienen aquellos que ver con estas organizaciones que hoy agrupan a los matadores de toros, como propuso en su día el cubano Ángel Vásquez, se organizaran cual funcionarios la troupe de toreros, cuando él manejaba los toros en México. Era como el antillano entendía se debían administrar las novenas de béisbol. 

Y ahora, estas organizaciones modernas que le asignan representantes a los matadores para que les acompañen en sus viajes, más no para que decidan negociaciones. 

Retomando el tema de Juan Belmonte en 1915, el trianero seguía representado por José Manuel Rodríguez; y de su importancia, como representante del maestro es una evidencia el famoso capítulo del “pleito de los Veraguas”. 

Finalizaba la temporada y la empresa de Madrid anunció a Vicente Pastor y Juan Belmonte con toros de Vicente Martínez el 17 de octubre. Fueron rechazados tres toros de la divisa colmenareña, y la empresa propuso reemplazarlos con otros de Veragua. Lo hizo consultar con Juan Belmonte.

Juan Manuel Rodríguez prefirió los tres toros de Saltillo que también estaban en los corrales. La empresa rechazó la solicitud del apoderado y este, acogiéndose a lo especificado en el contrato no aceptó los toros de Veragua.

Fue un pleito escandaloso. El duque de Veragua, entonces presidente de la Unión de Criadores, se enfrentó a Belmonte, no directamente sino a través de su apoderado, Juan Manuel Rodríguez. Aquella querella tuvo muchas aristas, las que podrían reunirse en generosos volúmenes los argumentos esgrimidos por las partes. 

Antes, cuando Joselito y Belmonte acordaron un pacto de caballeros para enfrentar a las empresas, el trianero decantaba en el de Gelves el problema, cuando surgía cualquier situación de conflicto simplemente decía, “Lo que diga José”. 

En su magnífica obra, El rey de los Toreros, Francisco Aguado, nos cuenta que “Hasta en los asuntos particulares del trianero era decisiva y salvadora la intervención de Joselito…”

Más tarde, unos cuantos lustros más tarde, el cordobés José Flores “Camará” se encargaría con todas las de la Ley de representar a Manuel Rodríguez “Manolete”. Camará hizo del apoderamiento una institución. Su escuela se prolongó a sus hijos Pepito y Manolo Flores Cubero, los “Camará”, que condujeron grandes figuras del toreo al estrellato profesional y la opulencia. 

Muchos vieron el camino de la representación de un torero un sendero profesional, y siguieron las indicaciones de Camará”, las que jamás han sido escritas en libro alguno, de acuerdo a su propia interpretación de la vida.

Vale decir que grandes taurinos como Domingo González “Dominguín” y Manuel Mejías “Bienvenida” antes que “Camará”, fundaron sociedades en las que representaron toreros con mucha jerarquía como Rodolfo Gaona, Vicente Pastor, Domingo Ortega y por supuesto los retoños de las dinastías. 

Fueron apoderados, empresarios, publicitas, de todo hicieron mientras condujeron grupos de artistas, se organizaron con influencia de organizaciones americanas, las que conocieron de cerca en sus muchas incursiones en nuestro continente. 

Parecida a la organización de los Dominguín y Bienvenida fueron, más tarde, las creadas por don Pedro Balañá en Barcelona, don Pablo Chopera en San Sebastián y Bilbao y Eduardo Pagés Cubiña en Sevilla, inspiraron a don Livinio Stuyck, Fernando Jardón, los hermanos Lozano, Eduardo, Pablo y José Luis en Madrid a manejar con sentido integral empresas, toreros y ganaderos como se han manejado las grandes corporaciones en el mundo de los espectáculos. 

Sin embargo, descubro en la intención de El Bardo de la Taurina, cuando me pregunta “¿Le parecería que abordáramos el tema de 'Los Apoderados, los hay; Taurinos, Éticos, Vivales, Ambiciosos, Esnobistas, Usurpadores y Chuflas…” que invita a destapar esa caja de grillos con los más pintorescos apoderados, ese grupo de la amplitud que indica Arturo que, creo yo, encabezarían personajes como Rafael Sánchez “El Pipo”, el abogado Higinio Luis Severino y un pelotón que de abordarlos ha de necesitarse todo el espacio de la Enciclopedia Espasa Calpe.

Pero, vaya antes de rematar, una anécdota. Me comentaba un destacado matador de toros, más que mi amigo mi compadre en los inicios del decenio de los años setenta, que “Cómo estará la Fiesta en México, compadre, que las figuras del toreo las apoderan un libanés, un venezolano y un argentino”. 

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