Maximino Pérez: Un Empresario Singular.-
De izquierda a derecha: Vicente Casañ (periodista), Maximino Pérez (empresario taurino) y Luis Sánchez Aranda (presidente peña El Trapío)
El pasado 11 de marzo, tuvo lugar la segunda de las charlas-coloquios de las programadas en la XXV Semana Cultural que la Peña El Trapío, ha venido desarrollando en el hotel María Cristina de Toledo, en esta ocasión contando con uno de los empresarios taurinos mas innovadores del panorama taurino nacional: Maximino Pérez, gerente de MaxiToro, SL.
El periodista taurino Vicente Casañ, moderador del acto, comienza con un emotivo recuerdo a las victimas del 11-M y tras presentar a Maximino Pérez, le cede los trastos.
Maximino Pérez, formado en la carrera de empresariales, llega al mundo taurino con apenas veinte años, allá por 1991. No viene de una dinastía o familia del mundo de los toros, su padre fue un celebre director deportivo profesional en el ciclismo, por lo que se hace empresario taurino llevado por su afición al toro.
Comienza el relato de sus experiencias diciéndonos que “desde que empecé con 20 años, me pongo el mono de trabajo a diario”, antes, en la presentación, Casañ ha contado una anécdota sobre Maximino cuando, una tarde entrada en agua, le vio echando sacos de serrín en el ruedo mojado, como uno mas de los trabajadores de la plaza.
Maximino transmite que es persona de fuertes convicciones “me gusta cumplir lo que prometo y nunca prometer lo que no puedo dar”, y con las ideas muy claras sobre como actuar para intentar generar interés tanto en el aficionado, como en el público en general “en el espectáculo taurino tenemos que innovar, mantener la mística del toreo durante las dos horas que dura la corrida, pero dando un nuevo envoltorio a la Fiesta, vestirlo de otra manera, para enamorar al aficionado”.
Respecto a la crítica situación que vive la tauromaquia en la actualidad comenta que “uno de los grandes errores en el sector taurino es la falta de profesionalidad”; “falta marketing y publicidad”; “ojala en todos los informativos de todas las cadenas de televisión, salieran dos minutos, solo dos minutitos de información taurina, estoy segurísimo que todos estaríamos esperando al informativo a ver que decían de toros ese día”.
En cuanto al ataque continuado que vive el mundo taurino desde hace años aclara “la Fiesta es tan pura que no pueden acabar con ella, pero si acabarán en aquellas comunidades autónomas donde se inmiscuyan los políticos, como ha sido en Cataluña, o como puede ocurrir en Galicia”. En otro momento apostilla “la Fiesta tiene una larga duración por el excepcional espectáculo que supone”, para evitar el deterioro “tenemos que mimar a la Fiesta, tratarla con mas delicadeza, tanto profesionales como aficionados”.
Una de las cuestiones a las que alude en este “mimar a la Fiesta”, es la de tratar de atraer a la juventud a la tauromaquia, tal como el ha intentado y conseguido en parte con “abonos para jóvenes como he hecho en Cuenca y Ciudad Real, donde ha aumentado el abono joven en un importante porcentaje”, “ojala llenáramos de jóvenes todas las plazas de toros”, en este sentido glosa la labor que está desarrollando el Foro de la Juventud Taurina, gestionando paquetes especiales para acceder a los espectáculos taurinos en toda España.
Maximino sigue su disertación, incansable, hablando de la prácticamente nula inversión que en España se hace en marketing o publicidad, “no mas del veinte por ciento del presupuesto de cualquier espectáculo”, más si comparamos “con países como Estados Unidos donde se llega en casos al setenta y cinco por ciento de la inversión del evento”.
Ya en el coloquio, el que esto firma, le planteó una frase dicha el día anterior por el maestro Frascuelo: “el empresario taurino busca mas el negocio que el romanticismo del mundo taurino”. Maximino, sin inmutarse, le hizo una faena de aliño a la frase, macheteo por bajo, pases de castigo y estocada en todo lo alto, mandando la frase al desolladero sin puntilla: “¿Qué empresario conocen ustedes que trabaje por romanticismo?”; “con romanticismo solo puedes llevar a casa un mendrugo de pan para tus hijos”…
Tras analizar sucintamente la trayectoria del empresario (en Brihuega desde el 99 levantando una feria desde cero al infinito y sacando lo justo o perdiendo diría él; la contratación de toreros como Curro o Antoñete; el apoyo a los jóvenes; ese cambio de envoltorio con el que está acicalando la Fiesta…), pienso que Maximino Pérez, en el fondo, es también un romántico del toreo.
Nunca ha sido un empresario al uso, es (ahí está su trabajo) un innovador en esto de la tauromaquia, controvertido como pocos no deja indiferente a nadie, y siempre con un aire renovado y singular.
Por mi parte le deseo a Maximino Pérez ¡larga vida en el mundo taurino!
Fdo. Rafael Villar Moyo
* Los comentarios del empresario aparecen en el texto entrecomillados y en negrita.
Maximino Pérez, ha sido premiado como "Personaje del Año", por la peña El Trapío.
Informa: Rafael Villar
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