viernes, 18 de enero de 2013

SEVILLA: ALGO HUELE A PODRIDO.



"...Ahora la empresa Pagés (el hijo y el yerno de Canorea) se ha empeñado en dejarnos sin las corridas de la Feria de Abril..."

Volverse de espaldas a la televisión, aquí y en La China es un retorno al pasado. Si algo ha influido en la manera de los españoles de ver el mundo, desde la segunda mitad del Siglo XX a estos comienzos del XXI, ha sido la entronización de la caja tonta en la inmensa mayoría de los hogares del país. España ingresó hace años en el contingente de seres humanos que viven cara a la televisión. Hasta el punto de que hay que darle la razón al aserto, seguramente interesado pero real, de que “lo que no sale en la televisión no existe”. Solo un canal ha apostado sin ambages por los toros. Hay intentos y rodeos buscando baraturas, que se traducen en espectáculos denigrantes muchas veces, que más que divulgar el arte del toreo le hacen daño, pero apostar lo que se dice apostar, solo Canal Plus. Gracias al Plus quienes no podemos tirar de chequera y reservar entradas y hotel en las mejores ferias de España, también hemos podido ver hasta ahora los principales acontecimientos taurinos del año. Valencia, Sevilla, Madrid, Bilbao, Pamplona, Zaragoza y un largo etcétera han estado hasta ahora al alcance de nuestros bolsillos gracias a Canal Plus. Esa es la verdad, la diga Agamenón o su porquero.

Ahora la empresa Pagés (el hijo y el yerno de Canorea) se ha empeñado en dejarnos sin las corridas de la Feria de Abril. No acaba uno de comprender cómo no se han esforzado en llegar a un acuerdo con el Plus como todos los años. ¿Acaso quieren cambiar cromos y le dan de lado a las transmisiones televisivas, para que los enemigos de determinada empresa y del periodista artífice de llevar el espectáculo taurino a las casas de todos los españoles hagan el paseíllo en La Maestranza? Si es así ¡vaya bajada de pantalones! Si es así ni mi paisano ni Canorea junior merecen tener en sus manos esa joya de la Fiesta. Ese autentico Metropolitan Opera House de la tauromaquia. No sé, no sé, pero algo huele a podrido y no precisamente en Dinamarca.
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