Aquilino Sánchez Nodal.
-Los maestros en los que Salvador podía encontrar referencias para su aprendizaje se han retirado o están en el final de sus carreras: “El Chiclanero” ha muerto; Manuel Domínguez en la vejez; Cayetano Sanz, sin facultades físicas, ni mentales.
No sucede lo mismo en Sevilla. La escuela de Pedro Romero tiene continuidad en Montes, José Cándido, “Costillares” y llegan, “El Gordito” y “El Tato”. La suerte al encuentro se ha perdido casi definitivamente, con la nueva forma de ejecutar la suerte de matar toros popularizada por “Costillares”. Antonio Sánchez “El Tato” ejecuta el mejor volapie. Salvador se enfrenta a los toros ausente de herencia taurina. Los que podían enseñarle algo, no demuestran nada. Tenemos que considerar esta circunstancia al valorar los comienzos de Salvador Sánchez “Frascuelo”: El mismo crea su propia escuela.
Sus comienzos, al igual que los de muchos toreros fue actuando en la parte seria de los espectáculos cómicos. Se celebra una mogiganga en la plaza de toros de Madrid: LOS EUNUCOS Y LAS ODALISCAS. Un cuadro que representa el palacio de un sultán. Cuatro moros montados en burros forman las esquinas. Las Odaliscas llegan en un carro con dos cestos en los que están metidos otros dos moros. Los “burrolleros” defenderán a las muchachas de las acometidas de un becerro con unas garrochas que portan. Los del cesto se asoman y colocan banderillas a la res. Por último, el sultán trastea y da muerte al becerro. La fotografía de “Frascuelo” vestido de sultán nunca se hizo, pero hubiera sido un documento de extraordinario valor. Sucedió el 8 de Enero de 1.865.
El 19 de Marzo se estrena: EL DOCTOR Y EL ENFERMO.
Día 19 de Noviembre: BODA DE GITANOS. Salvador, en todos los espectáculos, estoquea un becerro. El día 3 de Diciembre asciende de categoría y forma parte de la cuadrilla de Manuel Caro, como banderillero.
En la novillada del 10 de Diciembre es anunciado como sobresaliente de espada en la cuadrilla de Villaverde, sin perjuicio de colocar las banderillas que le correspondan y poner un par sentado en una silla, al quiebro.
Nada salió como quería, en el primer novillo, de nombre “Ligero”. Lo de la silla, imposible. Los pares al cuarteo, bajos y sin reunir. En la capa del novillo no quedó un centímetro sin agujerear con el estoque. En el segundo, de nombre “Señorito”, fue el delirio. Banderillas desde la silla, al encuentro y al cuarteo. Dos soberbios naturales y el de pecho. Tres con la derecha y un molinete; vuelta hacia el toro, media estocada recibiendo, baja, delantera y algo caída acaba con la vida de “Señorito”.
Comienza la andadura de Frascuelo como matador de novillos en puntas. Cúchares le incluye en una novillada que organiza en beneficio del la viuda y los hijos del picador Manuel Ledesma “El Coriano”. Salvador figura en los carteles de Madrid. Torea en provincias e incluso, en Lisboa. Es completo, banderillea con y sin silla magníficamente, hace el salto a “trascuerno”; lancea, gallea, descabella, mata y púntillea. Nada le puede contener, todo lo atropella.
En 1.866, la Empresa de Madrid adelanta sus toreros de esa temporada: “Contratados, hasta ahora; Francisco Arjona Guillén “Cúchares”; Cayetano Sanz; Rafael Molina “Lagartijo”. Con sus excelentes cuadrillas de picadores y banderilleros. No actuarán juntos todas las tardes, se alternarán con otros nuevos y reconocidos lidiadores, como Salvador Sánchez y algunos más a los que sea conveniente estimular para la profesión”.
Frases de revisteros calanes que calan en lo más profundo del alma de Salvador:
- “El torero ha de torear, como si estuviera siempre al píe de la sepultura”.
- “Tras el matador debe haber siempre un hoyo, (pa que no se eche p´atrás, que dicen los que entienden de esto).
Comienzan las primeras ovaciones de su vida profesional. Las lluvias de cigarros, las petacas, incluso, las cajetillas enteras, según las posibilidades de cada aficionado.
España de revuelta en sublevación. Algunos toreros toman partido y se echan a las calles. España en el caos político. Llega la novillada que un plumífero de la época califica: “Un día único en la vida de un torero”.
No sucede lo mismo en Sevilla. La escuela de Pedro Romero tiene continuidad en Montes, José Cándido, “Costillares” y llegan, “El Gordito” y “El Tato”. La suerte al encuentro se ha perdido casi definitivamente, con la nueva forma de ejecutar la suerte de matar toros popularizada por “Costillares”. Antonio Sánchez “El Tato” ejecuta el mejor volapie. Salvador se enfrenta a los toros ausente de herencia taurina. Los que podían enseñarle algo, no demuestran nada. Tenemos que considerar esta circunstancia al valorar los comienzos de Salvador Sánchez “Frascuelo”: El mismo crea su propia escuela.
Sus comienzos, al igual que los de muchos toreros fue actuando en la parte seria de los espectáculos cómicos. Se celebra una mogiganga en la plaza de toros de Madrid: LOS EUNUCOS Y LAS ODALISCAS. Un cuadro que representa el palacio de un sultán. Cuatro moros montados en burros forman las esquinas. Las Odaliscas llegan en un carro con dos cestos en los que están metidos otros dos moros. Los “burrolleros” defenderán a las muchachas de las acometidas de un becerro con unas garrochas que portan. Los del cesto se asoman y colocan banderillas a la res. Por último, el sultán trastea y da muerte al becerro. La fotografía de “Frascuelo” vestido de sultán nunca se hizo, pero hubiera sido un documento de extraordinario valor. Sucedió el 8 de Enero de 1.865.
El 19 de Marzo se estrena: EL DOCTOR Y EL ENFERMO.
Día 19 de Noviembre: BODA DE GITANOS. Salvador, en todos los espectáculos, estoquea un becerro. El día 3 de Diciembre asciende de categoría y forma parte de la cuadrilla de Manuel Caro, como banderillero.
En la novillada del 10 de Diciembre es anunciado como sobresaliente de espada en la cuadrilla de Villaverde, sin perjuicio de colocar las banderillas que le correspondan y poner un par sentado en una silla, al quiebro.
Nada salió como quería, en el primer novillo, de nombre “Ligero”. Lo de la silla, imposible. Los pares al cuarteo, bajos y sin reunir. En la capa del novillo no quedó un centímetro sin agujerear con el estoque. En el segundo, de nombre “Señorito”, fue el delirio. Banderillas desde la silla, al encuentro y al cuarteo. Dos soberbios naturales y el de pecho. Tres con la derecha y un molinete; vuelta hacia el toro, media estocada recibiendo, baja, delantera y algo caída acaba con la vida de “Señorito”.
Comienza la andadura de Frascuelo como matador de novillos en puntas. Cúchares le incluye en una novillada que organiza en beneficio del la viuda y los hijos del picador Manuel Ledesma “El Coriano”. Salvador figura en los carteles de Madrid. Torea en provincias e incluso, en Lisboa. Es completo, banderillea con y sin silla magníficamente, hace el salto a “trascuerno”; lancea, gallea, descabella, mata y púntillea. Nada le puede contener, todo lo atropella.
En 1.866, la Empresa de Madrid adelanta sus toreros de esa temporada: “Contratados, hasta ahora; Francisco Arjona Guillén “Cúchares”; Cayetano Sanz; Rafael Molina “Lagartijo”. Con sus excelentes cuadrillas de picadores y banderilleros. No actuarán juntos todas las tardes, se alternarán con otros nuevos y reconocidos lidiadores, como Salvador Sánchez y algunos más a los que sea conveniente estimular para la profesión”.
Frases de revisteros calanes que calan en lo más profundo del alma de Salvador:
- “El torero ha de torear, como si estuviera siempre al píe de la sepultura”.
- “Tras el matador debe haber siempre un hoyo, (pa que no se eche p´atrás, que dicen los que entienden de esto).
Comienzan las primeras ovaciones de su vida profesional. Las lluvias de cigarros, las petacas, incluso, las cajetillas enteras, según las posibilidades de cada aficionado.
España de revuelta en sublevación. Algunos toreros toman partido y se echan a las calles. España en el caos político. Llega la novillada que un plumífero de la época califica: “Un día único en la vida de un torero”.
Se anuncia en la Plaza de Toros de Tolosa. Juan Mota, banderillero de “Curro Cúchares”, consigue para “Frascuelo” la sustitución de “El Sombrerero”, torero que anda en luchas callejeras. Lo nunca visto. Esto se escribió:
- Salvaor se las entiende con el 5º. Aquerenciado en la puerta de toriles.
Ha pinchado varias veces. El público se impacienta. Se escucha un rugido. Salvador vuelve la cabeza, detrás se encuentra el 6º de la tarde. Otro toro en el ruedo. Deja al aquerenciado y cita al “nuevo” en los medios. Frascuelo se deja llegar a jurisdicción, marca su salida como al quiebro , se enmienda en la suerte y le propina un mete y saca en todo lo alto que hace rodar a la fiera. A toda prisa se dirige al 5º entre aplausos. Concluye en unos segundos de una estocada acaba con el cornúpeta. Salvador vuela en hombros hasta la fonda. Muchos años después, en 1.887 la Lidia le dedica las páginas centrales a este suceso de Tolosa. El prestigioso revistero Don J. Chaves apunta: “Hazaña torera de “Frascuelo” en Tolosa”.
Se habla del diestro, lo señalan por la calle, se lo disputan las empresas.
Ha entrado en la historia de la Tauromaquia Salvador Sánchez Povedano “El Frascuelo” por la puerta grande, por donde solamente entran los elegidos para gloria del toreo.
- Salvaor se las entiende con el 5º. Aquerenciado en la puerta de toriles.
Ha pinchado varias veces. El público se impacienta. Se escucha un rugido. Salvador vuelve la cabeza, detrás se encuentra el 6º de la tarde. Otro toro en el ruedo. Deja al aquerenciado y cita al “nuevo” en los medios. Frascuelo se deja llegar a jurisdicción, marca su salida como al quiebro , se enmienda en la suerte y le propina un mete y saca en todo lo alto que hace rodar a la fiera. A toda prisa se dirige al 5º entre aplausos. Concluye en unos segundos de una estocada acaba con el cornúpeta. Salvador vuela en hombros hasta la fonda. Muchos años después, en 1.887 la Lidia le dedica las páginas centrales a este suceso de Tolosa. El prestigioso revistero Don J. Chaves apunta: “Hazaña torera de “Frascuelo” en Tolosa”.
Se habla del diestro, lo señalan por la calle, se lo disputan las empresas.
Ha entrado en la historia de la Tauromaquia Salvador Sánchez Povedano “El Frascuelo” por la puerta grande, por donde solamente entran los elegidos para gloria del toreo.
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