n allí, nos recibió en un fin de semana soleado en el que mezclamos la afición taurina y el turismo.
No es especialmente relevante ir un fin de semana a Londres en estas épocas de gran movilidad y facilidad de transporte aéreo, pero si lo es que ese fin de semana esté dedicado a hablar de toros con los aficionados británicos y el matador Curro Díaz que era el huésped de honor (guest of honour) como el torero más distinguido de la temporada para el Club Taurino of London en la comida de su 58 aniversario.
Curro Díaz y su esposa Rosario en el Oriental Club
junto a Mark Rayner, presidente del CTL y Andrew Moore, vicepresidente
Curro Díaz con algunos miembros del CTL
El presidente del CTL Mark Rayner
entrega a Curro Díaz la jarra de cerveza símbolo del club
Aficionados de solera, que se recorren la temporada española y francesa e incluso americana, desde hace muchos años, forman parte del Club, el más importante de lengua inglesa, que fue fundado en el lejano 1959 y se reunieron en un número cercano a las 150 personas en la comida ofrecida al premiado Curro Díaz en el Oriental Club el domingo 26 de noviembre.
Pancarta del CTL en la manifestación de Valencia
Biografía taurina de Diego Puerta,
escrita por Ivan Moseley, anterior presidente del CTL
La ocasión de combinar el turismo en Londres con la conversación taurina era demasiado tentadora como para dejarla pasar y allá que nos fuimos invitados a los actos por mi amigo Andrew Moore, vicepresidente del Club.
Curro Díaz, el protagonista del fin de semana, se reveló buen conversador, dispuesto a compartir sus experiencias y a transmitirlas con cierta gracia que resaltaba más su gran afición. Buen conocedor de los encastes, pues no en vano ha toreado de todos desde su confirmación de alternativa en Madrid con toros de Valverde en 2003, las conversaciones recorrían diferentes experiencias de los toros en la plaza y su apreciación en el campo.
Con Brian Harding en Carnaby Street,
amigos desde que coincidimos en el Curso de Tauromaquia
de la Universidad Complutense de Madrid en 1987
El relativo exotismo de hablar de toros en un pub de Belgravia, paseando por Carnaby Street o en la barra del Seafood bar de Harrods, no disminuye el rigor de la conversación, pues la afición británica conoce al dedillo la temporada desde Olivenza a Zaragoza, y tiene a Bilbao o Cèret como plazas fuertes, sin excluir Madrid y Sevilla como los principales focos de atracción, y de hecho en Madrid tiene lugar otra comida anual del Club, que los últimos años viene celebrándose en el hotel Wellington, tan taurino y con reminiscencias británicas.
El pub The Grenadier en Belgravia y el matador
Curro Díaz en la garita de la entrada
Charla taurina regada con cerveza del tiempo en el pub
mientras esperamos las Fish & chips y las salchichas...
... que finalmente llegaron
Una estupenda manera de pasear Londres, una interesante visita que combina pubs tradicionales, paseos turísticos, espectáculos artísticos, estancias en un exclusivo gentleman club, recorridos convencionales, compras en grandes almacenes y tiendas de fama internacional y todo ello salpicado de una conversación taurina, de verdaderos aficionados de gran conocimiento y amor por la fiesta, con un matador de toros que además de huésped, ilustró con su conocimiento y buena conversación numerosos aspectos de la vida taurina, entre los que no faltaron los recuerdos a los matadores Víctor Barrio, con quien Curro Díaz compartía cartel el día de su cornada mortal, e Iván Fandiño con quien le unía una buena amistad y en cuyo recuerdo puso su nombre a su hijo que nacería pocas semanas después.
Curro Díaz ante Buckhingham Palace...
El imprescindible paseo por la Torre y el puente de Londres,
María Rosa con Brian Harding y su esposa Juanita
El típico taxi y las obras, dos elementos muy presentes en Londres
El agasajo al matador terminó, muy avanzada la tarde del domingo, con la interpretación de unas lentísimas verónicas de salón con el capote que los miembros del Club habían regalado a su secretario saliente, David Penton, y que Curro Díaz estrenó, regodeándose en la lentitud tan necesaria para la belleza del toreo y que no se puede expresar en la plaza dominando al toro, si antes no se siente en las manos.
Curro Díaz toreando a la verónica de salón
en la tertulia de la tarde tras la comida del CTL
en la que era el Guest of honour
Y todo eso en Londres!!!
Study of a bull de Francis Bacon 1991
Otra referencia taurina británica
Fotografías de Andrew Moore, Jacob Plieth y propias
Publicado por Andres de Miguel en ADIÓS MADRID
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