Corrida de Independencia supero expectativas, se cortaron siete orejas
Por: Manolo Espinosa “El Ciclón”
Siempre tendrán razón aquellos que pensaron antes que nosotros, cuando decían que en una corrida nunca se sabe como esta va a terminar. Y es razonable porque en ella confluyen muchos factores impredecibles, indeterminables, sin un ápice de certeza y que además, sin que nadie pueda tener control sobre ellos, pero que en el transcurso de la lidia estos se irán descifrando, hasta darnos una respuesta que el intelecto por desgracia no lo podrá captar, no así el sentimiento que es el que devela los grandes secretos del alma y en este caso, a través del toreo.
En una entrega anterior decíamos: “que la corrida de la Independencia del sábado 15, bautizada legítimamente con nombre y apellido, marcaría un hito en la historia de la Sultana de los Andes y que abrirá nuevas páginas llenas de pasión para el país”, pues tenemos que decir –sin que esto sea vanagloria- que no nos equivocamos porque ese presagio se convirtió en una hermosa realidad que deberá ser registrada en los anales de la historia taurina de Riobamba “La Sevilla Chica” y del país y tenía que ser así, con el explosivo cartel presentado por Tauro Producciones y por su empresario gran alquimista Patricio García, que sabe como conjuntar los elementos para entregar el elixir para que aflore el duende y la inspiración del arte.
La tarde y noche de ese sábado se expandieron aromas de las más finas especias en el escenario del arte“Raúl Dávalos”, (réplica de la plaza de toros del Pilar en Zaragoza), con un público que concurrió a esta convocatoria en un aproximado de tres cuartos de plaza, y eso ya es bastante tomando en cuenta que las fiestas en Riobamba terminaron días atrás y que éste era un día como otro cualquiera, pero no para la fiesta brava que habría un nuevo capítulo con la instauración de esta importante corrida así como por lo que aconteció en este escenario.
Una autoridad impecable, que manejó con altura su jerarquía, e impuso un criterio serio en el festejo lo cual también se debe reconocer porque solo así se da respeto a los festejos. Otro tema el ganado, que dio buen juego: el primero de Campo Bravo que aunque algo soso, no tuvo malas ideas e insistiendo se le sacó partido; el segundo del Pinar resulto bueno, el tercero de la misma ganadería (el mejor de la corrida y al que se le pidió el indulto). El cuarto de la tarde del Pinar que trajo sus dificultades. Quinto de Campo Bravo, resultó bueno y el sexto de la misma ganadería que por manso fue sustituido por otro del mismo hierro y que se vino abajo luego de un costalazo. En suma la corrida resultó con presencia y muy entretenida.
Los toreros vinieron con ganas de triunfo y lo lograron: el primero Miguel Abellán que llegó a Riobamba con halos de figura del toreo por sus triunfos en Madrid y otras plazas, -con lo cual reverdecía antiguos lauros-, impuso el sábado, la depuración del toro a la más elevada expresión bordeando el éxtasis con su propia impronta. Un maestro con capa y muleta que a su primero le cortó una oreja luego de una gran labor y a su segundo, pese a las dificultades que presentó su antagonista volvió a cortar otra en base a la voluntad y entrega. Daniel Luqueque había creado expectativa y una incógnita para quienes no lo habían visto, dejó ver que es otra de las grandes figuras del toreo en proceso y que está descollando con fuerza para ubicarse en el sitio de los privilegiados, pues el juego de excelentes trazos entre lances y pases lo dijeron todo, al punto que estremeció al respetable que se quedó encandilado por la impostación y hechuras del joven maestro. Dos orejas en su primero y una en el segundo. Los dos hispanos torearon como si estuvieran en Madrid o en Sevilla; no se lo guardaron nada para si, cómo si de esto dependieran sus próximas presentaciones en el mundo.
En cuanto a nuestro compatriota Mariano Cruz Ordóñez, no se inmutó frente a sus poderosos alternantes y extrajo lo más inspirado de su repertorio para agradar y poder triunfar, sin embargo algo faltó para redondear la tarde y consumarse lo mismo que en abril, en el máximo exponente de la torería nacional. A su primero le cortó una oreja lo mismo que a su segundo. Terminando la corrida con los tres toreros a hombros y la salida por la puerta grande entre la ovación del respetable.
Sin duda, este fue otro gran éxito artístico para la empresa; que los diestros triunfaran a cabalidad; un público totalmente satisfecho por los pasajes enjundiosos de la corrida y las ganaderías que contribuyeron a ello. Festejos de esta naturaleza hacen bien a la fiesta … ¡enhorabuena por ello!.
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