Manuel Jiménez Meléndez El Cano
"...El cuarto, Pavito, de Veragua, berrendo en colorado, botinero y gacho, ‘tomó cuatro puyazos de cada picador, sin hacer en ellos cosa de provecho. Paquilillo se quedó per istam y después de trastearlo el Cano con inteligencia, y armándose para la muerte, se cerró demasiado con él al darle la estocada, y fue recogido, sufriendo una gran cornada en el muslo. En medio de este desgraciado azar, manifestó un valor estraordinario, agarrándose a las manos de la fiera, la cual lo hubiera destrozado completamente, si el Chiclanero no se le hubiese colgado de la cola, logrando así apartarla y distraerla. El mismo le dio muerte en seguida de una atravesada’..."
La cogida de El Cano con El Chiclanero coleando a Pavito
Por José Ramón Márqez
Blog Salmonetes ya no...
De entre los toreros chiclaneros no es Manuel Jiménez Meléndez El Cano ni mucho menos el más conocido por la afición de Madrid. Frente a la figura inmortal de Francisco Montes Paquiro y frente a la simpatía, el valor, las condiciones y la popularidad de José Redondo El Chiclanero, El Cano no llega a reunir actuaciones suficientes en la Corte sobre las que cimentar su fama y, pese su seriedad y sus buenas cualidades como torero, su simpatía personal, su facilidad para la brega y para las banderillas, su eficacia con la muleta y su arrojo en la suerte suprema, no llegó a tener tiempo suficiente como para labrarse un nombre entre los aficionados de la capital.
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De entre los toreros chiclaneros no es Manuel Jiménez Meléndez El Cano ni mucho menos el más conocido por la afición de Madrid. Frente a la figura inmortal de Francisco Montes Paquiro y frente a la simpatía, el valor, las condiciones y la popularidad de José Redondo El Chiclanero, El Cano no llega a reunir actuaciones suficientes en la Corte sobre las que cimentar su fama y, pese su seriedad y sus buenas cualidades como torero, su simpatía personal, su facilidad para la brega y para las banderillas, su eficacia con la muleta y su arrojo en la suerte suprema, no llegó a tener tiempo suficiente como para labrarse un nombre entre los aficionados de la capital.
Había nacido el día 25 de abril de 1814. Recibió la protección de Paquiro y luego de Juan León, quien tras verle trabajar en Jerez le pone eventualmente en su cuadrilla. Desde 1832 trabaja sin puesto fijo, además, en la cuadrilla de Manuel Lucas Blanco. Debuta en Madrid como banderillero en 1833 y en ese empleo actúa entre 1835 y 1841. Se ve anunciado por vez primera en los carteles en el año 1845, para actuar como medio espada en la vigésimo segunda media corrida de toros de la temporada, corrida anunciada en principio para el día 5 de octubre que, al ser suspendida, se consiguió celebrar finalmente el jueves día 9 tras seis días de continua lluvia en la capital.
Calle del León 23 en la actualidad
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