Sancho Dávila entre los hermanos Salazar
'Enseñar las nalgas'
Por la suspensión de la Feria de Quito por la empresa CITOTUSA
Madrid, 15/11/2012.- Un día seremos nada. Y este día está tan próximo o lejano como seamos capaces de gestionar la fiesta con valentía, coraje y acierto. Algo que, desde luego, no es la gestión de CITOTUSA, empresa de Quito, que se adelanta a una posible prohibición de la Feria tomando una decisión que ha sorprendido a todos: suspender la Feria. Que queda claro, no la prohíbe nadie. La suspende la empresa. Una empresa privada. Privadísima. Entre prohibir y suspender hay una diferencia abismal. Porque, que le quede claro a CITOTUSA, contra la prohibición se puede luchar, contra una suspensión, no. Esa es la gran diferencia.
Nadie duda de que los problemas que manifiesta Sancho Dávila sean ciertos, pero ni la suma de todos ellos pueden ser causa de decisión tan drástica, dramática e irresponsable. Uno pude creer en la enfermedad, pero nadie se muere la víspera, nadie muere el día de antes. Y con esta decisión de suspender , el toreo en Quito se muere la víspera. Es más, puede ser que el toreo en Ecuador se haya muerto el día de antes. El día de antes de la lucha. Esta decisión unilateral de los señores Salazar, dueños o accionistas fuertes del Banco de Pichincha, ha logrado que, sí, al fin, algo pueda morir la víspera de su muerte. Sin luchar. Sin consensuar con los toreros. Con las fuerzas posibles. Antes de quejarse de la poca ayuda, hay que pedirla. Y financiarla. Porque…
¿Cuánto dinero durante muchos años le generó a los Salazar la Feria de Quito?. El suficiente como para invertirlo a fondo perdido en pelear. Pelear, no suspender. Suspender significa perder, pero no perder …¿dinero? Porque da la impresión de que el clavel de taquilla andaba marchito. Si, especulación, pero especulación puesta a relance. Lástima de gestiones de propiedades privadas, de sus especulaciones, de su escaso interés más allá de su interés económicos. Como Barcelona. Como sucede en Córdoba, como sucede en tantos lugares. Y lástima de nuestra propia lástima. Porque que nadie dude que si la Feria fuera el ‘business’ principal de los Salazar, pelearían con uñas y dientes por élla. Pero Correa se presenta de nuevo, la feria, dicen, perdió tirón en taquilla…
Me pregunto cómo es posible no tener vergüenza para no tener memoria. El dinero arrastra la memoria de forma obscena. ¿Pues no era que sin la muerte del toro el asunto estaba arreglado? ¿Pues no tuvieron un año para trabajar sobre la feria de este año ¿Pues no decían que era la forma de salvar el toreo en Ecuador para el futuro? Lo tuvieron. Si, señores del banco de Pichincha. Lo tuvieron para invertir lo mucho que han ganado en esa plaza.
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