PACO MORA |
Me llegan noticias de una magnífica tarde de Curro Díaz en Linares. Salió en hombros con un fuerte puntazo en el escroto que necesitó tratamiento médico, pese al cual decidió hacerse presente al día siguiente -por hoy- en Jódar. Curro está toreando mucho menos de lo que merecen su calidad y torería. Es un torero químicamente puro que no renuncia a su concepto del toreo en pos de un populismo que seguramente le proporcionaría más contratos. Pero me consta que el torero de Linares prefiere continuar siendo fiel a sí mismo. Se aplica aquel viejo y honesto axioma de "más vale honra sin barcos, que barcos sin honra".
Un torero como Curro no debería perderse en la fronda de un escalafón en el que hay muchos toreros que no dicen casi nada y torean mucho más que él. Todavía quedan ferias como las de Otoño de Madrid, El Pilar de Zaragoza, Jaén y otras varias en las que se le podría hacer justicia. Curro Díaz es uno de los pocos toreros que nos gustan a quienes entendemos el toreo como arte.
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