"...Pero qué se han creído estos dos toreros que son por muy grandes que sean frente al toro. Dos hombres que se vinieron a más descuidando totalmente su propia educación, han terminado demostrando que no son capaces de comportarse como señores..."
Morante y El Juli pecaron de lo mismo que acusaron: clamorosa falta de educación y de respeto
José Antonio del Moral
Por si al “patio” sevillano le faltaba algo que añadir al drástico plante de cinco figuras del toreo a la plaza de toros de la Real Maestranza, ayer mismo, los dos más señalados por encabezar el motín e incluso intentar que otros diestros les secundaran, don José Antonio Morante de la Puebla y don Julián López Escobar, cometieron dos faltas de educación y de respeto al no presentarse a recoger los premios que se les iba a entregar en la misma plaza (Premios oficiales de La Real Maestranza), así como al tradicional almuerzo que los médicos de la real plaza (Premios Doctor Vila Arenas). El Juli no acudió a recoger el que le declaraba triunfador de la pasada Feria de ni al de los médicos que le habían señalado como autor de mejor quite artístico. Tampoco acudió al mismo almuerzo de los médicos Morante para recoger el que le distinguió como autor del mejor quite eficaz. Inaudito.
De haber acudido ambos, seguro que habrían tenido ocasión de aclarar su postura y de tratar de poner remedio o, al menos, dejar pendiente abrir una puerta a la solución del conflicto por todos deseada. Tanto en los premios de la Real Maestranza como en los del Doctor Vila, estuvieron presentes los empresarios de la plaza de toros y, concretamente, en el de La Maestranza, su Teniente de Hermano Mayor que actúa por delegación del Hermano Mayor propiamente dicho: Su Majestad el Rey don Juan Carlos I. Pudieron pues hablar sin ninguna cortapisa tanto con El Teniente Hermano Mayor como con Eduardo Canorea y Ramón Valencia. Pero como no lo hicieron, pecaron de lo mismo que ambos junto a los otros tres adujeron para vetar a la empresa en forma de intolerable chantaje. De tal manera, la ofensa terminó siendo cuádruple: El Rey, La Maestranza con todos sus miembros, los aficionados allí presentes y los doctores que les han curado y remediado sus heridas.
Quizá El Juli pensó que como lo más posible es que no vuelva a torear nunca más en la plaza de la Real Maestranza – lo acaba de decir en una entrevista de “6toros6″ - , pasó totalmente de complacer a los doctores. Total, para qué… si no los voy a necesitar nunca. Él solito se ha puesto la soga al cuello porque en vista de su ineducado comportamiento como persona, lo mismo no le llamarán jamás. No pasará . Pero se lo merece.
Pero qué se han creído estos dos toreros que son por muy grandes que sean frente al toro. Dos hombres que se vinieron a más descuidando totalmente su propia educación, han terminado demostrando que no son capaces de comportarse como señores. Grandes en la plaza, sí aunque no tanto como creen. Pero en la calle, carreteros.
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