El Gordito inventa el quiebro (I)
Se ha dicho, incluso por conspicuos aficionados que el par que mejor define al matador en el tercio de banderillas es el par de frente y personalmente, creo que no es cierto.
Es verdad que el par de frente (andarle al toro para iniciar el cuarteo muy en corto, lo más cerca posible de la cara del toro) y en el que era especialista Antonio Fuentes (sobre el que habrá que volver) es una de las formas másbellas de ejecutar esta suerte.
Pero pese a toda su importancia, hay que reconocer que no es un par privativo de los matadores de toros sino que ha sido practicada con éxito por los más notables peones de brega (Y aquí mi recuerdo emocionado aManolo Montoliú a quien mejor se lo vi realizar).
Por el contrario, el par quiebro y, en particular, el par al quiebro en los medios de la plaza (que es hoy una suerte olvidada y en desuso) ha sido patrimonio exclusivo de los matadores de toros cuando han cogido los garapullos. Lo dice Gregoria Corrochano en “Cuando suena el clarín”:
Los aficionados que somos en el fondo un tanto “especiales” hemos conseguido a fuerza de reprobaciones y no dar importancia a las cosas que la tienen, que los matadores abandonen las banderillas cuando alcanzan una mínima categoría y reconocimiento en su profesión. No les compensa.
Es habitual que matadores que empiezan su andadura en el toreo cuidandolos tres tercios acaban abandonando la práctica del segundo. Primero, por lanefasta manía del público de exigir al torero que banderillea que lo haga en todos los toros, se presten o no. Segundo, porque parece que el torero banderillero tiene menor categoría profesional que el que se centra exclusivamente en capote y muleta. Tercero, en mi opinión, porque al toro que se va a banderillear por el matador hay que picarlo menos, hay que dejárselomás entero (más “crudo”) para que el tercio de banderillas sea más lucido, lo que va en detrimento de la limpieza y templanza del posterior toreo de muleta, hoy excesivamente omnipresente, lo que luego no se perdona. Y cuarto, y sobre todo porque el público, salvo casos excepcionales de matadores muy espectaculares en este tercio (Fandi, Esplá, etc.) no le da importancia a la suerte cuando la ejecuta el matador.
Las cosas no tienen porque ser así. De hecho, las cosas no siempre han sido así. Durante muchos años los matadores, los maestros (Fuentes, Guerrita, Joselito), han banderilleado los toros que se prestaban allucimiento, lo que auguraba una posterior buena faena de muleta, y el público lo celebraba con alborozo. Además, casi todos los diestros practicaban la suerte. Es quizás, Juan Belmonte quien empieza a hacer habitual la imagen del torero que pasa por el segundo tercio de espectador.
Esta era la imagen de Belmonte en el tercio de banderillas.
Inciso importante: Había elegido inicialmente esta foto de Juan Belmonte para criticar la postura del diestro que incapaz de coger los garapullos adopta en el segundo tercio la postura de mero espectador. Sin embargo…una vez insertada la foto y después de mirarla y remirarla, se me ocurren dos comentarios: Uno, que no es lo mismo estar, mientras banderillean los peones, dentro del burladero charlando con el mozo de estoque o con las espectadoras de la barrera que estar –como está Juan- pendientede lo que pasa en el ruedo (Muy importante, ya que este es el tercio donde más cambian los toros) y segundo, que no se puede tener una postura más torera que la que tiene Juan Belmonte atentísimo a la lidia de su toro…aunque no participe en ella.
Sin embargo, en alguna rara ocasión (por ejemplo, este festival) Juan puso algún par. La anécdota merece contarse:
Los Gallo le ofrecieron a Juan banderillear un novillo de Miura que se estaba poniendo difícil. Juan Belmonte pudo poner, con cierta dificultad, el primer par (aunque la postura de las piernas no es muy allá, el par está en lo alto y los palos verticales en el momento de la ejecución, con los brazos arriba). El Gallo puso el segundo, pasando las de Caín. Joselito pudo poner el tercero sólo porque era Joselito, ya que el toro se había puesto imposible. Belmonte comentaba años después con mucha guasa y mucho cariño: ¡Menudo baño le pegué aquella tarde en banderillas a Rafael y José! Para a renglón seguido deshacerse en elogios de la cabeza torera de su rival y sin embargo amigo, Joselito.
Es conveniente recordar aquí la distinción entre torero corto y torero largo, según atesore el diestro menor o mayor repertorio de suertes. Otra cuestión, es la calidad en la ejecución de las mismas, generalmente más depuradas en los toreros cortos, aquellos que son especialistas en algunas suertes o lances de la fiesta. Ejemplo de torero corto sería Juan Belmonte y ejemplo de torero largo sería Joselito el Gallo. Dicho sea todo ello sin ánimo peyorativo. De ahí la competencia tan interesante entre ambos.
Volviendo a las banderillas y como ya he dicho, las cosas no siempre han sido así. Y desde luego, no lo eran en 1858 cuando el día 19 de abril, Antonio Carmona “El Gordito”, matador del barrio sevillano de San Bernardo, ejecutó en la plaza de toros de Sevilla, el primer quiebro a cuerpo limpiodel que se tiene constancia histórica.
Hoy no podemos siquiera imaginarnos el revuelo que esta invención causó entre los aficionados de entonces, tanto por la espectacularidad de la nueva suerte como por la sencillez y, sin embargo, importancia técnica de la misma. Vamos, que se armó la tremolina, pero eso lo contaremos en otra entrada de este blog.
Aspecto de la Plaza de Toros de Sevilla en los años en que el Gordito quebraba a los toros (Tenison-1853). Aún no se había completado la grada cubierta lo que permitía una magnífica visión de la Catedral y la Giralda.
(Continuará)
LA RAZON INCORPOREA.
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