Por Juan Miguel Núñez Batlles
La coqueta y funcional Plaza de Toros de Las Rozas se llenó en casi tres cuartas partes de su aforo, y hubo diversión, sobre todo por las facilidades que dieron los novillos, por este orden, de: Albarreal, Las Ramblas, Domingo Hernández, La Palmosilla, Zacarías Moreno, Fernando Peña y Garcigrande. Premiados con la vuelta al ruedo, el de Las Ramblas y el de Garcigrande. Los siete astados, además, muy bien presentados.
Los toreros, muy motivados en inspirados. Cortaron dos orejas, el propio homenajeado, Morenito de Maracay. a quien se le vio resuelto y capaz. Y dos orejas también, Javier Conde, que llevó a cabo asimismo una entonada faena, con retazos de su singular estilo.
Hubo rabo para los demás actuantes. Enrique Ponce, el organizador de este hermoso y solidario tinglado, estuvo colosal...
Su faena al buen astado de Las Ramblas fue una lección de técnica, poderío y torería.
Fandi, con su particular tauromaquia, fue también un torbellino de toreo.
López Simón hizo una faena de mucha quietud y mando.
Posada de Maravillas, fue una grata sorpresa por su disposición y galanura, tanto con el capote como con la muleta. Ojo a este torero., uno de los injustamente excluidos en el próximo San Isidro.
Y el novillero Daniel Barbero, elegante y con muy buena disposición.
Al final, Morenito de Maracay a hombros de sus compañeros, los propios toreros. Una imagen que resume el carácter triunfal de la tarde.
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