jueves, 5 de noviembre de 2015

Pablo Iglesias a los altares / Por Paco Mora


 "...Ojalá te encuentres en el sótano de tu casa toda la pasta que ha robado la familia Ceacescu-Pujol, para que te puedas largar a vivir como un maharajá a las Bahamas. Palabrita del Niño Jesús, que te lo deseo de corazón. Para bien tuyo y de la Patria, que parece que ya casi nadie se acuerda de ella…"


Pablo Iglesias a los altares
Gracias poderoso señor, que por tu infinita bondad podremos seguir en este tu país -y si lo tienes a bien nuestro también- disfrutando de las corridas de toros sin que se nos persiga como a los cristianos de la Roma de Nerón
Me ha enternecido el detalle de Pablo Iglesias. ¡Casi nada! Si manda algún día en España nos dejará ir a los toros. Loado sea señor tan principal y misericordioso. Te alabamos señor de la coleta morada.

¡Qué desagradecidos somos los aficionados a los toros! En vez de dar gracias al cielo por habernos mandado a este pícaro mundo un político emergente que no nos jura por su santa madre que si gana las elecciones del 20-D acabará con la criminal, inhumana y retrograda Fiesta de los toros, muchos se han irritado con el “coleta morada” porque cuando en El Hormiguero le han puesto ante los ojos un árbol de cuyas ramas colgaban las cosas que creyeron que podían sublevarle y unas tijeras de jardinero en la mano, al llegar a “Los Toros” ha dicho: “No me gustan los toros pero no los podaré”. Que si quien es el “podemita” para perdonarnos la vida, que si afortunadamente no se va a sentar nunca en la Moncloa… Hasta pequeñín le han dicho, como si todos tuviéramos la obligación de ser unos cachas como Bertín Osborne.

A mí sin embargo me ha enternecido el detalle de Pablo Iglesias. ¡Casi nada! Pablo Iglesias, Pablo, Pablito Pablete, que diría Butanito, si manda algún día en España nos dejará ir a los toros. Y que no haga caso de los malos augurios, que eso del gato muerto cabeza abajo en una caña con un cartel que dice; “Cuando el gato suba a la caña, mandará Pablo en España”, no es más que una coña marinera de cuatro zangolotinos desocupados, hijos de fascistoides irredentos.

Pero a lo que íbamos, yo a esa menudencia política que es más listo que una ardilla y más bueno que un cacho de pan, le doy las gracias emocionado y genuflexo. Gracias poderoso señor, que por tu infinita bondad podremos seguir en este tu país -y si lo tienes a bien nuestro también- disfrutando de las corridas de toros sin que se nos persiga como a los cristianos de la Roma de Nerón. Loado sea señor tan principal y misericordioso. Te alabamos señor de la coleta morada. Y ahora, para compensar mi ataque de beata devoción, la maldición del gitano: Ojalá te encuentres en el sótano de tu casa toda la pasta que ha robado la familia Ceacescu-Pujol, para que te puedas largar a vivir como un maharajá a las Bahamas. Palabrita del Niño Jesús, que te lo deseo de corazón. Para bien tuyo y de la Patria, que parece que ya casi nadie se acuerda de ella…

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