SANTIAGO MARTIN, EL VITIVitigudino (Salamanca), 18 de julio de 1938.
Debut con picadores: 31 de mayo de 1957, en Ledesma (Burgos).
Alternativa: 13 de mayo de 1961, en Madrid.
Confirmación en Madrid: 13 de mayo de 1961.
Santiago Martín vino al mundo en la localidad salmantina de Vitigudino el 18 de julio de 1938. Nace en el seno de una familia de artesanos que tenía un taller de carros en el pueblo, en el que Santiago ayudaba ocasionalmente. Pronto se despierta en él la afición taurina y en el año 55 comienza a frecuentar capeas. El día del Corpus mata unas vaquillas en su localidad natal, actuación que repite en las fiestas de Nuestra Señora en agosto. En 1956 se pone por primera vez el traje de luces para estoquear unos novillos en Vitigudino.
Santiago tiene claro que quiere llegar a ser torero, para lo que se entrena en las dehesas del ganadero salmantino don Manuel Francisco Garzón. Debuta con picadores en 1957, concretamente el día 31 de mayo, en la plaza de Ledesma, lidiando reses de Zumel junto a Manuel Ávila y Roberto Ocampo. En la temporada de 1958 sólo toma parte en dos corridas debido a que sufre una cogida en Francia que le impide volver a pisar los ruedos hasta el siguiente año, ya que resultó lesionado en el codo con lo que la recuperación fue complicada.
En 1959 despacha nueve novilladas, de las cuales torea cinco en la plaza madrileña de Vista Alegre.
Su presentación en la plaza de Las Ventas tiene lugar el 18 de julio de 1960. El encierro es de Juan José Ramos y Hermanos y el cartel de la tarde lo completan Tomás Sánchez Jiménez y Antonio de Jesús, otro salmantino. Su debut en tan importante coso no pudo ser más triunfal; Santiago corta las dos orejas y sale a hombros por la puerta grande, triunfo que le dará un gran cartel en Madrid. En la campaña de 1960 suma 35 actuaciones, en muchas de ellas cosecha un gran éxito. Sufre dos importantes percances en las plazas de Alicante y San Sebastián. Todos apuestan por este novillero, al que pronostican una brillante carrera taurina.
Llega la alternativa
Por fin llega la fecha de su doctorado; es el 13 de mayo de 1961 en Las Ventas. El padrino del doctorado es Gregorio Sánchez, actuando Diego Puerta de testigo. El toro de la ceremonia es Guapito, de la vacada de Alipio Pérez Tabernero Sanchón. Santiago le corta la oreja al igual que a su segundo toro, un sobrero del hierro de Escudero Calvo. La tarde fue triunfal, pues los tres espadas salieron a hombros por la puerta grande. Ese año se viste de luces 60 tardes, recorriendo las principales ferias. Desde el primer momento como matador de alternativa se coloca en los primeros puestos de su profesión, en los que permanecería durante toda su carrera. Un ejemplar de la ganadería de Pablo Romero le hiere de gravedad el 19 de agosto en la Semana Grande de San Sebastián. En el año 62 logra un apoteósico triunfo en la Feria de San Fermín. En las calles de Pamplona los mozos de las peñas cantan alborozados "como El Viti no hay ninguno".
El 15 de julio resulta herido en la pierna izquierda en Palma de Mallorca por un toro de la ganadería de Juan Cobaleda. Vuelve a ser cogido el 24 de septiembre en Barcelona, donde un toro de don Francisco Garzón le alcanza en el muslo derecho. Estos dos percances son los que motivan que en la campaña del 62 despache 61 corridas. La temporada de 1963 se salda con 73 corridas. A final de año viaja a tierras americanas. Torea en México, Perú y Colombia, países en cuyas plazas luce todo su arte. Durante la campaña española de 1964 se viste de luces en 77 ocasiones. Al comenzar el invierno vuelve a desplazarse hasta América, donde cosecha varios triunfos. En la corrida celebrada en la plaza México de la capital de aquel país el 4 de marzo de 1965 le conceden la 'Oreja de Oro'. El Viti alternó esa tarde en la lidia de los toros de la ganadería de Huertas con Alfredo Leal, Antonio del Olivar, Victoriano Cuevas, Valencia, Manuel Benítez, El Cordobés y Gabino Aguilar. Regresa a España para torear 61 tardes.
Debut con picadores: 31 de mayo de 1957, en Ledesma (Burgos).
Alternativa: 13 de mayo de 1961, en Madrid.
Confirmación en Madrid: 13 de mayo de 1961.
Santiago Martín vino al mundo en la localidad salmantina de Vitigudino el 18 de julio de 1938. Nace en el seno de una familia de artesanos que tenía un taller de carros en el pueblo, en el que Santiago ayudaba ocasionalmente. Pronto se despierta en él la afición taurina y en el año 55 comienza a frecuentar capeas. El día del Corpus mata unas vaquillas en su localidad natal, actuación que repite en las fiestas de Nuestra Señora en agosto. En 1956 se pone por primera vez el traje de luces para estoquear unos novillos en Vitigudino.
Santiago tiene claro que quiere llegar a ser torero, para lo que se entrena en las dehesas del ganadero salmantino don Manuel Francisco Garzón. Debuta con picadores en 1957, concretamente el día 31 de mayo, en la plaza de Ledesma, lidiando reses de Zumel junto a Manuel Ávila y Roberto Ocampo. En la temporada de 1958 sólo toma parte en dos corridas debido a que sufre una cogida en Francia que le impide volver a pisar los ruedos hasta el siguiente año, ya que resultó lesionado en el codo con lo que la recuperación fue complicada.
En 1959 despacha nueve novilladas, de las cuales torea cinco en la plaza madrileña de Vista Alegre.
Su presentación en la plaza de Las Ventas tiene lugar el 18 de julio de 1960. El encierro es de Juan José Ramos y Hermanos y el cartel de la tarde lo completan Tomás Sánchez Jiménez y Antonio de Jesús, otro salmantino. Su debut en tan importante coso no pudo ser más triunfal; Santiago corta las dos orejas y sale a hombros por la puerta grande, triunfo que le dará un gran cartel en Madrid. En la campaña de 1960 suma 35 actuaciones, en muchas de ellas cosecha un gran éxito. Sufre dos importantes percances en las plazas de Alicante y San Sebastián. Todos apuestan por este novillero, al que pronostican una brillante carrera taurina.
Llega la alternativa
Por fin llega la fecha de su doctorado; es el 13 de mayo de 1961 en Las Ventas. El padrino del doctorado es Gregorio Sánchez, actuando Diego Puerta de testigo. El toro de la ceremonia es Guapito, de la vacada de Alipio Pérez Tabernero Sanchón. Santiago le corta la oreja al igual que a su segundo toro, un sobrero del hierro de Escudero Calvo. La tarde fue triunfal, pues los tres espadas salieron a hombros por la puerta grande. Ese año se viste de luces 60 tardes, recorriendo las principales ferias. Desde el primer momento como matador de alternativa se coloca en los primeros puestos de su profesión, en los que permanecería durante toda su carrera. Un ejemplar de la ganadería de Pablo Romero le hiere de gravedad el 19 de agosto en la Semana Grande de San Sebastián. En el año 62 logra un apoteósico triunfo en la Feria de San Fermín. En las calles de Pamplona los mozos de las peñas cantan alborozados "como El Viti no hay ninguno".
El 15 de julio resulta herido en la pierna izquierda en Palma de Mallorca por un toro de la ganadería de Juan Cobaleda. Vuelve a ser cogido el 24 de septiembre en Barcelona, donde un toro de don Francisco Garzón le alcanza en el muslo derecho. Estos dos percances son los que motivan que en la campaña del 62 despache 61 corridas. La temporada de 1963 se salda con 73 corridas. A final de año viaja a tierras americanas. Torea en México, Perú y Colombia, países en cuyas plazas luce todo su arte. Durante la campaña española de 1964 se viste de luces en 77 ocasiones. Al comenzar el invierno vuelve a desplazarse hasta América, donde cosecha varios triunfos. En la corrida celebrada en la plaza México de la capital de aquel país el 4 de marzo de 1965 le conceden la 'Oreja de Oro'. El Viti alternó esa tarde en la lidia de los toros de la ganadería de Huertas con Alfredo Leal, Antonio del Olivar, Victoriano Cuevas, Valencia, Manuel Benítez, El Cordobés y Gabino Aguilar. Regresa a España para torear 61 tardes.
El percance más importante de ese año es el del 2 de octubre en la plaza de Palma de Mallorca, donde le alcanza un toro del conde de Mayalde.
Hospitalizado e inmovilizado
En 1966, tras regresar de su campaña americana, es hospitalizado para inmovilizar las vértebras cervicales gracias a un corsé ortopédico. Durante esa campaña despacha 68 festejos, para viajar después a tierras americanas. En el coso colombiano de Bogotá, el toro Divorciado, de la ganadería de Mondoñedo, le cornea, hiriéndole de gravedad. A pesar de la cogida, El Viti consigue cortar los dos apéndices. La herida tuvo sus consecuencias, pues en enero del año 67 es operado en el oído derecho en una intervención larga y complicada.
Un nuevo percance
Comienza la campaña de 1967 con un grave percance; el 26 de marzo en la plaza de Barcelona un astado de María Montalvo le desgarra la oreja derecha, sufriendo el diestro una conmoción cerebral. El 31 de julio en la plaza de Málaga obtiene los dos apéndices de sus dos enemigos, marcados con el hierro de Carlos Núñez. El segundo de sus toros le alcanza cuando entra a matar, corneándole con fuerza en el muslo derecho. A finales de septiembre se somete a una nueva operación para eliminarle una hernia inguinal. Al poco tiempo sufre un accidente estando de caza cuando explota la escopeta que llevaba y se hiere en la mano izquierda. A pesar de todo, y tras haber sumado 64 festejos aquella temporada en España, hace una nueva incursión por tierras americanas donde vuelve a sufrir un percance, cuando un astado de Samuel Flores le empitona, en el transcurso de la corrida celebrada el 19 de noviembre en la plaza limeña de Acho. En 1968 se viste de luces 54 tardes. No pisa el ruedo de la Monumental de Las Ventas, aunque si se encuentra con el público madrileño en sus actuaciones en la plaza de Vista Alegre, en las que corta cinco orejas y un rabo.
Durante la campaña de 1969 torea en 58 ocasiones, cifra que sube a 76 en 1970.
En 1971, después de torear el día 12 de septiembre en Palma de Mallorca, anuncia que se retira de la profesión, decisión que según el diestro no tenía nada que ver con la polémica y las declaraciones que se habían hecho en relación a las reses que se lidiaron en el coso de Benidorm, en una corrida en la que el diestro salmantino tomó parte junto a El Cordobés.
Aunque en el año 72 se mantiene alejado de los ruedos, retoma su carrera en la campaña de 1973, participando en 62 funciones y con algunas tardes de triunfo. Entre éstas cabe mencionarse la del 30 de abril en Álcala de Henares, día en el que lidia en un mano a mano con Palomo Linares astados de Torrestrella, cortando cinco orejas y dos rabos. También es un éxito su actuación del 13 de octubre en la plaza de Zaragoza, en la que El Viti corta las dos orejas a un ejemplar de la vacada de don Joaquín Buendía. La corrida de Alcalá además de un gran éxito fue también la del percance más grave de la temporada, ya que un toro le revolcó violentamente y tubo que ser internado en el Sanatorio de Toreros de Madrid. En la exploración médica se le apreció, además de serios varetazos en el tórax, una nueva eventración, por lo que tiene que pasar nuevamente por el quirófano en noviembre.
Nueva retirada y reaparición
La temporada de 1974 decide apartarse nuevamente de los ruedos, aunque regresaría en 1976. Ese año y el siguiente participa en 53 corridas. En éste, su segundo retorno profesional, es apoderado por el empresario catalán Pedro Balañá. Esto causó gran sorpresa en el ambiente taurino, pues suponía su ruptura con Florentino Díaz Flores, que había dirigido su carrera con gran eficacia desde sus comienzos. En 1978 participa en 46 funciones. Su última actuación de aquel año tuvo lugar en Talavera de la Reina el día 23 de septiembre. En la corrida alternaba con Sebastián Palomo Linares y Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea. Un sobrero del hierro de Antonio de la Cova le coge violentamente, pero su arriesgada actuación tiene su premio en los dos apéndices que corta al toro, a los que hay que sumar otras dos orejas y el rabo que corta al astado de la ganadería de Martínez Elizondo. A finales del 78 se desplaza a Latinoamérica, para torear en Colombia, Venezuela y Ecuador. Es su adiós a las plazas americanas.
La campaña de 1979 es la última de su fenomenal carrera, con varios éxitos importantes. Así, el 24 de abril en la Maestranza sevillana da muerte a tres bureles de Torrestrella, llevándose una oreja del tercero, al que estoqueó por cogida de Sebastián Palomo Linares. El 26 de julio, en la plaza de Valencia, alterna con Paquirri y José María Manzanares en la lidia de cinco toros de don Juan Pedro Domecq y uno de la divisa de marqués de Domecq. El Viti corta dos orejas, el mismo número de apéndices que consigue el día 29 del mismo mes en el coso de Barcelona con un toro del hierro de herederos de Baltasar Ibán. El 9 de agosto corta cuatro orejas de toros de Torrestrella, en Málaga.
Sus ultimas actuaciones en el coso de Salamanca tiene lugar el 13 y el 14 de septiembre. La primera tarde se enfrenta a los ejemplares de Francisco Galache; obtiene un apéndice tras la faena a su primero y escucha un aviso con su segundo enemigo. El cartel del día lo completaban Rafael de Paula y Paquirri. El día 14 alterna con El Niño de la Capea y Julio Robles en la lidia de toros de la ganadería de Atanasio Fernández. El Viti corta las dos orejas de su primer toro. El 16 de septiembre torea por última vez en la feria de Valladolid. En la corrida de su despedida no estuvo muy afortunado, así, sólo escuchó algunas palmas en su primer toro y muchos pitos en el último, con el que puso fin a su carrera profesional. A finales del mes de septiembre comunica a los medios que abandona el toreo en activo. En efecto, así lo hace y a pesar de las millonarias ofertas que le llegaron nunca volvería a vestir de luces.
Primera figura
El Viti supo mantener a lo largo de su carrera su condición de primera figura, también en su última etapa. Su historial torero es muy brillante, como corresponde a uno de los diestros más excepcionales de su época, al que tanto la afición como los compañeros de profesión respetaban por igual. El toreo de El Viti era inteligente, serio y moderado, sin excesos ni falsos artificios. Su labor en el ruedo siempre fue honrada y mesurada. Con su oficio y su buen hacer se labró una trayectoria profesional limpia, intachable. Las faenas del salmantino eran en ocasiones de una ligazón sorprendente y siempre constituían un derroche de temple y maestría. En todas las plazas triunfó y gustó, si bien su qué hacer sobrio, muy castellano, hizo que le costará ganarse el respaldo de los sevillanos, que acabarían apreciando ese don del temple que El Viti poseía y que es la clave del arte de la lidia. En sus comienzos alcanzó fama de ser un excelente estoqueador, pero está cualidad es discutible. Con el capote toreaba magistralmente y su manera de realizar la media verónica era genial. Su repertorio con la muleta no era muy largo, pero resultaba poderosamente auténtico. El estilo del salmantino era pausado, sin gestos grandilocuentes. Pocos diestros han lidiado con la profundidad y el temple con que lo hacía Santiago Martín, El Viti.
Hospitalizado e inmovilizado
En 1966, tras regresar de su campaña americana, es hospitalizado para inmovilizar las vértebras cervicales gracias a un corsé ortopédico. Durante esa campaña despacha 68 festejos, para viajar después a tierras americanas. En el coso colombiano de Bogotá, el toro Divorciado, de la ganadería de Mondoñedo, le cornea, hiriéndole de gravedad. A pesar de la cogida, El Viti consigue cortar los dos apéndices. La herida tuvo sus consecuencias, pues en enero del año 67 es operado en el oído derecho en una intervención larga y complicada.
Un nuevo percance
Comienza la campaña de 1967 con un grave percance; el 26 de marzo en la plaza de Barcelona un astado de María Montalvo le desgarra la oreja derecha, sufriendo el diestro una conmoción cerebral. El 31 de julio en la plaza de Málaga obtiene los dos apéndices de sus dos enemigos, marcados con el hierro de Carlos Núñez. El segundo de sus toros le alcanza cuando entra a matar, corneándole con fuerza en el muslo derecho. A finales de septiembre se somete a una nueva operación para eliminarle una hernia inguinal. Al poco tiempo sufre un accidente estando de caza cuando explota la escopeta que llevaba y se hiere en la mano izquierda. A pesar de todo, y tras haber sumado 64 festejos aquella temporada en España, hace una nueva incursión por tierras americanas donde vuelve a sufrir un percance, cuando un astado de Samuel Flores le empitona, en el transcurso de la corrida celebrada el 19 de noviembre en la plaza limeña de Acho. En 1968 se viste de luces 54 tardes. No pisa el ruedo de la Monumental de Las Ventas, aunque si se encuentra con el público madrileño en sus actuaciones en la plaza de Vista Alegre, en las que corta cinco orejas y un rabo.
Durante la campaña de 1969 torea en 58 ocasiones, cifra que sube a 76 en 1970.
En 1971, después de torear el día 12 de septiembre en Palma de Mallorca, anuncia que se retira de la profesión, decisión que según el diestro no tenía nada que ver con la polémica y las declaraciones que se habían hecho en relación a las reses que se lidiaron en el coso de Benidorm, en una corrida en la que el diestro salmantino tomó parte junto a El Cordobés.
Aunque en el año 72 se mantiene alejado de los ruedos, retoma su carrera en la campaña de 1973, participando en 62 funciones y con algunas tardes de triunfo. Entre éstas cabe mencionarse la del 30 de abril en Álcala de Henares, día en el que lidia en un mano a mano con Palomo Linares astados de Torrestrella, cortando cinco orejas y dos rabos. También es un éxito su actuación del 13 de octubre en la plaza de Zaragoza, en la que El Viti corta las dos orejas a un ejemplar de la vacada de don Joaquín Buendía. La corrida de Alcalá además de un gran éxito fue también la del percance más grave de la temporada, ya que un toro le revolcó violentamente y tubo que ser internado en el Sanatorio de Toreros de Madrid. En la exploración médica se le apreció, además de serios varetazos en el tórax, una nueva eventración, por lo que tiene que pasar nuevamente por el quirófano en noviembre.
Nueva retirada y reaparición
La temporada de 1974 decide apartarse nuevamente de los ruedos, aunque regresaría en 1976. Ese año y el siguiente participa en 53 corridas. En éste, su segundo retorno profesional, es apoderado por el empresario catalán Pedro Balañá. Esto causó gran sorpresa en el ambiente taurino, pues suponía su ruptura con Florentino Díaz Flores, que había dirigido su carrera con gran eficacia desde sus comienzos. En 1978 participa en 46 funciones. Su última actuación de aquel año tuvo lugar en Talavera de la Reina el día 23 de septiembre. En la corrida alternaba con Sebastián Palomo Linares y Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea. Un sobrero del hierro de Antonio de la Cova le coge violentamente, pero su arriesgada actuación tiene su premio en los dos apéndices que corta al toro, a los que hay que sumar otras dos orejas y el rabo que corta al astado de la ganadería de Martínez Elizondo. A finales del 78 se desplaza a Latinoamérica, para torear en Colombia, Venezuela y Ecuador. Es su adiós a las plazas americanas.
La campaña de 1979 es la última de su fenomenal carrera, con varios éxitos importantes. Así, el 24 de abril en la Maestranza sevillana da muerte a tres bureles de Torrestrella, llevándose una oreja del tercero, al que estoqueó por cogida de Sebastián Palomo Linares. El 26 de julio, en la plaza de Valencia, alterna con Paquirri y José María Manzanares en la lidia de cinco toros de don Juan Pedro Domecq y uno de la divisa de marqués de Domecq. El Viti corta dos orejas, el mismo número de apéndices que consigue el día 29 del mismo mes en el coso de Barcelona con un toro del hierro de herederos de Baltasar Ibán. El 9 de agosto corta cuatro orejas de toros de Torrestrella, en Málaga.
Sus ultimas actuaciones en el coso de Salamanca tiene lugar el 13 y el 14 de septiembre. La primera tarde se enfrenta a los ejemplares de Francisco Galache; obtiene un apéndice tras la faena a su primero y escucha un aviso con su segundo enemigo. El cartel del día lo completaban Rafael de Paula y Paquirri. El día 14 alterna con El Niño de la Capea y Julio Robles en la lidia de toros de la ganadería de Atanasio Fernández. El Viti corta las dos orejas de su primer toro. El 16 de septiembre torea por última vez en la feria de Valladolid. En la corrida de su despedida no estuvo muy afortunado, así, sólo escuchó algunas palmas en su primer toro y muchos pitos en el último, con el que puso fin a su carrera profesional. A finales del mes de septiembre comunica a los medios que abandona el toreo en activo. En efecto, así lo hace y a pesar de las millonarias ofertas que le llegaron nunca volvería a vestir de luces.
Primera figura
El Viti supo mantener a lo largo de su carrera su condición de primera figura, también en su última etapa. Su historial torero es muy brillante, como corresponde a uno de los diestros más excepcionales de su época, al que tanto la afición como los compañeros de profesión respetaban por igual. El toreo de El Viti era inteligente, serio y moderado, sin excesos ni falsos artificios. Su labor en el ruedo siempre fue honrada y mesurada. Con su oficio y su buen hacer se labró una trayectoria profesional limpia, intachable. Las faenas del salmantino eran en ocasiones de una ligazón sorprendente y siempre constituían un derroche de temple y maestría. En todas las plazas triunfó y gustó, si bien su qué hacer sobrio, muy castellano, hizo que le costará ganarse el respaldo de los sevillanos, que acabarían apreciando ese don del temple que El Viti poseía y que es la clave del arte de la lidia. En sus comienzos alcanzó fama de ser un excelente estoqueador, pero está cualidad es discutible. Con el capote toreaba magistralmente y su manera de realizar la media verónica era genial. Su repertorio con la muleta no era muy largo, pero resultaba poderosamente auténtico. El estilo del salmantino era pausado, sin gestos grandilocuentes. Pocos diestros han lidiado con la profundidad y el temple con que lo hacía Santiago Martín, El Viti.
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