Don Manuel Durán en un acto del Círculo Bienvenida junto al galardonado Enrique Ponce
Juan Lamarca López,
vicepresidente 1º
Madrid, 22 de Marzo de 2015
Para todos fue siempre el señor Durán, pues el señorío intrínseco de su estirpe blasonó su persona y fue principio y fin de su ser y estar a lo largo de su longeva vida. Pues así se fue, con sus 92 años tras gallarda lucha contra el marrajo que le soltaron hace ya tiempo, y entregando su alma en la paz del Señor como buen cristiano y rodeado del amor en compañía de su querida familia de la que fue norte y guía.
Don Manuel, desde su acendrada hombría de bien y marcada españolía, tal como acuñó nuestro presidente don Fernando Claramunt, fue un apasionado aficionado y acérrimo defensor de la Fiesta Nacional allá donde estuviera, fuera en una conferencia o en un callejón, fuera en un tendido o en los corrales de la plaza, porque ahí fue donde el señor Durán desempeñó sus funciones facultativas como veterinario en los reconocimientos de las reses de la plaza de toros de Las Ventas, y como asesor de la presidencia en el palco durante el festejo. Fueron aquellos años de los ochenta cuando un memorable elenco de veterinarios, donde la ejemplaridad de sus actos era acorde a una personalidad responsable, hicieron historia no solo en la plaza sino en la academia o en la calle a donde también llegaba el prestigio de aquellos hombres, dentro y fuera de la plaza al igual que la torería y señorío de los Bienvenida. Don Manuel Durán Martínez aparecía egregio entre aquella terna señorial integrada, entre otros, por Hipólito Lázaro, Jesús Bengoechea, Ramón Bargas, Rafael Garrido, el bueno de Conrado, o Eugenio, llamado cariñosamente "el loco" por lo listo que era. Luego llegaría el relevo encabezado por Manolo Sanz y la continuidad del señor Durán en la persona de su propio hijo, José Manuel Durán Blázquez, actual decano de los equipos veterinarios de Las Ventas y en el que depositó sus anhelos inspirándole valores y principios, y compartiendo profesión y afición.
Eran tiempos, los del señor Durán, cuando el buen criterio de los doctores veterinarios se conjugaba con la respetuosa autoridad de los presidentes del Cuerpo General de Policía en el cumplimiento del deber reglamantario,y sobre todos ellos la figura de José Luis del Río, fiel depositario de la estela de sus antecesores José García Valiño, Candido Mozún, Pedro Torres, o Joaquín Corominas.
La personalidad de don Manuel Durán Martínez enriqueció nuestra asociación taurina, nuestro Círculo Bienvenida del que formó parte compartiendo ilusiones y venerando la tauromaquia.
Ahora, tras su partida, y en el gran ruedo celestial volverá a disfrutar de sus toreros y de sus ganaderos a los que tanto admiró; es ahora cuando gozará de nuevo de la sonrisa de los Bienvenida, Antonio, Juanito, Ángel Luis... y de paso le pedimos les cuente que desde estos alberos terrenales seguimos abanderados por el último de la dinastía torera de la "calle de General Mola", por Miguel Mejías Bienvenida, Miguelón como le gustaba nombrar Ángel Luis a su hijo, portando el estandarte de su estirpe para sentirnos orgullosos de ellos y del toreo entero, tal como usted mismo solía mostrarse y se alardeaba de ello, querido señor Durán, y sin contenerse para exteriorizar "entre toro y toro" su arraigado patriotismo.
En estos tristes momentos por la muerte de don Manuel, compartimos el dolor de su familia y le acompañamos en su pesar elevando nuestras oraciones por su alma, pero también deseamos participar con ellos en la alegría de que haya podido alcanzar la paz eterna en el seno de Dios Nuestro Señor, y al encuentro de su querido padre, cuya vida le fuera arrebatada por el odio y la sin razón, para formar guardia con él sobre los luceros...y desde allí contemplar, como sanluqueño de corazón, a su crepuscular Sanlúcar de Barrameda recordando los versos de José Manuel Monge:
Atardecer en Sanlúcar,
un alucinante espectáculo,
un tesoro nostálgico y enigmático,
para los que saben mirarlo.
¡Hasta siempre, señor Durán!
Dos veterinarios de postín, padre e hijo, Manuel y José Manuel Durán, y una ganadera, María Lourdes Martín de Pérez Tabernero.
En el tendido de Las Ventas
Recibiendo uno de los muchos reconocimientos ofrecidos
Don Manuel Durán Martínez
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