viernes, 9 de mayo de 2014

SEVILLA FERIA DE ABRIL 08-05-14.LA U.T.A.A. DE SEVILLA. EL AGRADADOR SOLEMNE Y SU CÁTEDRA MAESTRANTE.


Sevilla, 8 de mayo de 2014, toros de EL PILAR para MIGUEL ABELLÁN, MANUEL ESCRIBANO y DAVID MORA.

EL AGRADADOR SOLEMNE Y SU CÁTEDRA MAESTRANTE

         La plaza de toros de Sevilla tiene su agradador solemne, que imparte magisterio y cátedra en La Maestranza, siempre dispuesto a decir y hacer lo que sus amos le indican.
         Esta tarde, cierta parte de un tendido taurino culturalmente inculto y que llega a la plaza predispuesto a lo negativo, según nuestro agradador, se le ocurre protestar la condición de inválido, tullido y derrengado primer toro de El Pilar. El presidente atiende la petición de los incultos y devuelve el toro. Nuestro agradador suspende este examen a los incultos taurinos.
         Osadía de los incultos la guasa que montaron al presidente cuando cambia el tercio de varas sin haber entrado el sexto toro al caballo. Otro suspenso del catedrático agradador.
         Buen encierro de El Pilar, bien presentada la corrida en general y con juego variado, destacando NIÑITO, lidiado en tercer lugar, posiblemente el toro de la feria, al que una vez más se picó mal, privando a los incultos aficionados de su seguro buen comportamiento ante los caballos.
         Dato para nuestro estimado agradador. Ha habido que lidiar seis corridas de toros para que salga un toro bueno y al mismo tiempo disfrutemos de buen toreo. Su autor David Mora, al que los atrevidos incultos aplauden a rabiar y hasta piden la segunda oreja que el presidente distraido no concede porque la estocada fue deficiente.
         Escribano se marcha de la feria trás matar siete toros, sin triunfar y por supuesto sin cortar oreja. No se le puede negar su entrega y predisposición, pero este torero que no se significa por su arte depurado y estética torera, necesita el toro con poder que pida pelea y si sus mentores le alternan una corrida encastada con otras comerciales, mal camino lleva.
         Abellan, abúlico, hizo toreo aseado, no entendiendo al cuarto con una faena encimista cuyos muletazos afixiaban la embestida que impedían el lucimiento. Pasó por Sevilla sin pena ni gloria.

         Lo dicho atención al magisterio del agradador solemne.

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