Por Juan Miguel Núñez Batlles
El torero Paco Peña, soñador de pasiones y nostalgias como corresponde al rigor de la profesión, una vez retirado de los ruedos vive ahora todas las sensaciones de haber estado más de veinte años frente al toro con un extraordinario afecto por el flamenco, sin duda, como él mismo dice, "por las semejanzas entre estas dos artes", cuyas manifestaciones son de una misma familia. "Porque -advierte-, excepto casos, es muy difícil y diría casi imposible que a un torero no le guste el cante, o que a un cantaor no le guste el toro".
Ahí está la clave para que al cabo de tanto tiempo alternando esas sensaciones Paco Peña, que en los ambientes flamencos se le conoce como Quico Peña, haya tirado otra vez p´alante después de haber grabado un par de discos con títulos tan expresivos como "Con la verdad por delante" y "En estado de gracia", ahora también con un libro donde emparenta el toreo y el cante.con la firma de su poesía y sus sueños.
Un ensayo en el que Quico acierta a ligar ambas manifestaciones, como en el toreo bueno, a base de compás, pellizco y hondura, que son a la postre inexorables cualidades para transmitir y hacer sentir el misterio, la profundidad y la grandeza de ambos mundos.
Torero grande por la gracia de Dios -que son así los verdaderos colosos del arte, los que andan tocados por el halo y la influencia de lo divino-, Peña cumplió en las filas de los de plata una larga etapa con el reconocimiento de crítica y público, y por supuesto el aprecio de los más importantes matadores de su época. No haría falta nombrar para hacerse una idea a Curro Romero, Emilio Muñoz, Morante de la Puebla, Julio Aparicio, El Cordobés... en cuyas filas mostró unas cualidades excepcionales para que estar considerado siempre como verdadero maestro del capote y las banderillas.
Tuvo Paco Peña además la necesidad interior de enfrentarse también al quejío de lo hondo más allá del ruedo, y para ello aprovechó el misterio del cante para expresar emociones y penas, alegrías y pasiones, afectos y ternuras, a veces difíciles de sacar más allá de lo íntimo del alma si no es con el desgarro de la voz. Todo un estilo y filosofía de vida. De vida con arte, que dicen los cabales.
Nuestro artista va a presentar su obra, ópera prima, "El Toreo y el Cante como yo los siento; primos hermanos", el próximo sábado, día 28, en el Casino de su Écija natal.
El piano, la percusión y la guitarra han sido magnífico acompañamiento a la voz rota y al tiempo delicada de Quico Peña. Ahora también su deliciosa prosa.
Nota de la Redacción.- El libro se vende al precio de seis euros y puede pedirse a la "Asociación Amigos de Écija" que lo ha editado, y a la que Paco Peña ha donado todos los derechos para sus fines de defensa y estudio del patrimonio histórico, artístico y cultural de esta ciudad. Su página web es "amigosdeecija.com", ha vivido desde siempre el flamenco con extraordinario afecto, y al cabo de los años ha sabido fraguar estas dos manifestaciones artísticas en un comportamiento