domingo, 5 de julio de 2015

CALI: CULTURA CONTRA CULTURA / Por Jorge Arturo Díaz



Mariana Garcés, ministra de cultura de Colombia, Foto: www.caliescribe.com
Hoy, solo me queda recordar aquello tiempos aun próximos, cuando la Cultura no estaba contra la cultura, nuestra feria era “la más grande de América”, y Cañaveralejo una plaza soleada, feliz, dueña del terreno, llena siempre de "no taurinos enemigos del progreso", como yo.
 
 
Cultura contra cultura

Jorge Arturo Díaz Reyes
 / 04 de julio del 2015
Quisiera compartir el júbilo con que algunos amigos, aficionados y periodistas, han acogido el permiso de la ministra de Cultura para construir (hasta 23,6 metros de altura) sobre una parte importante de los terrenos de la Plaza de Toros de Cali, “bien cultural de la nación”, y en consecuencia poder venderlos a compradores privados, contraviniendo el mandato del Consejo Municipal (ayuntamiento) de preservarlos como parque ambiental.

Recuerdo ahora que los mismos y con igual beneplácito aplaudieron la destrucción de la vieja plaza de toros Macarena de Medellín en el 2003. Quisiera compartir ese júbilo, digo, porque las alegrías de los bienqueridos deberían sentirse propias, pero no puedo, no puedo, no puedo... Como tampoco pude hace doce años. Lo confieso y espero lleguen a perdonarme algún día.

Jamás encontré lógico su argumento de que para seguir haciendo fiestas había que vender la mitad de la casa, ni el de obstruir el amplio espacio abierto que la rodea y resalta con “un bello centro comercial”, y menos eso de que con la plata que quede techarla y restructurarla ($40.000 millones) para convertirla en multiuso (que ya lo es).

“Una buena noticia para los taurinos que quieren el progreso de Cali”, proclaman alborozados los pro venta, y yo lamento enterarme de que no soy taurino (al menos no como ellos), ni quiero el progreso de la ciudad en que nací, pues para mí ese negocio de finca raíz de una prenda de la cultura y mis afectos no es ninguna buena noticia. Se me parece más a lo que intenta Petro en Bogotá, pero con la diferencia de que este no venderá La Santa María.

Hoy, solo me queda recordar aquello tiempos aun próximos, cuando la Cultura no estaba contra la cultura, nuestra feria era “la más grande de América”, y Cañaveralejo una plaza soleada, feliz, dueña del terreno, llena siempre de "no taurinos enemigos del progreso", como yo.
 

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