La Comunidad de Madrid está ultimando la reforma de la plaza, que conllevará la reducción de las 23.700 localidades. No se tocará la estructura del coso. Las obras se iniciarán en octubre
OBJETIVO: COMODIDAD, SEGURIDAD Y ACCESIBILIDAD
La nueva Ventas: sin asientos de granito, pasillos y escaleras amplias, y quitamiedos.
El Centro de Asuntos Taurinos, dependiente de la Comunidad de Madrid, está ultimando la reforma que se llevará a cabo en la plaza de toros de Las Ventas después del verano. Unos trabajos que no afectarán a la estructura del coso, Bien de Interés Cultural, pero que buscan mejorar las medidas de seguridad y convertir este referente mundial, construido en 1929 e inaugurado en 1931, en una instalación más cómoda y accesible. La novedad más importante es que se cambiará totalmente la estructura de granito donde se emplazan los asientos, lo que conllevará la reducción del número de localidades.
"No queda otra", señala Manuel Ángel Fernández Mateo, el director gerente de Las Ventas. "Llevamos ya meses trabajando en una reforma que la plaza necesita". El coso se hace mayor. El último aviso llegó el mes pasado, cuando el Ayuntamiento de la capital, dirigido por Manuela Carmena, detectó en un informe consultivo, no vinculante, nueve irregularidades en el capítulo de seguridad y evacuación del público que provocó la suspensión del Red Bull X Fighters, un espectáculo de saltos de motos. Al final los promotores del evento subsanaron las deficiencias y este se pudo celebrar, pero la llamada de atención sirvió para constatar que los trabajos en la plaza no se pueden demorar y había que agilizar los trámites.
Las obras buscarán tres objetivos, según Fernández Mateo: "comodidad, accesibilidad y seguridad". El cambio más notorio es que se va a sustituir la base de granito de la que están hechos los 23.700 asientos de Las Ventas. Unos asientos incómodos y estrechos, ya que los espectadores no están separados uno de otros. Una fina línea negra, pintada sobre el granito, sirva para diferenciar técnicamente cada plaza. Un sistema obsoleto que se va a modificar. Los nuevos asientos serán más amplios. "Se está barajando sustituir ese granito por una capa de hormigón, menos pesada. Y luego hay que poner encima un nuevo modelo de asiento". En esta fase es posible que se refuercen los pilares que soportan los tendidos.
Como la plaza es Bien de Interés Cultural, la última opinión la tendrá la Dirección General de Patrimonio. No se puede elegir cualquier asiento. "Esto es una plaza de toros, la más importante del mundo. No es un campo de fútbol, por ejemplo". Es decir, que habrá que hacer una selección del modelo de asiento que respete los cánones tradicionales del coso. Lo que está claro es que el aforo se verá reducido. Hacer plazas más amplias conlleva necesariamente una reducción. Se va a eliminar la primera fila, para hacer el pasillo de abajo mucho más grande. También se van a ensanchar las escaleras de la grada, poniendo pasamanos, por lo que también se va a eliminar la fila de asientos que hay a cada lado de las escaleras. Como mínimo se van a perder 1.500 localidades.
Una exhibición de motos. Al fondo, los asientos separados por una línea negra pintada sobre ellos. (EFE)
Los cambios en la grada y la subsiguiente pérdida de aforo conllevará necesariamente una negociación en el equilibrio económico del contrato de gestión de la plaza. Aunque la Comunidad de Madrid es la propietaria de la instalación, desde finales del año pasado la UTE formada por Nautalia Viajes y Simón Casas Production SAS lleva el día a día de Las Ventas. El contrato es por cuatro años, y a cambio el Ejecutivo autonómico recibe un canon anual de 2,8 millones de euros. La adjudicataria dispone de la plaza los 365 días al año para explotar tanto festejos taurinos como no taurinos, como conciertos o eventos deportivos. Pero ese contrato se firmó con un aforo determinado. Si este se reduce y las obras obligan a suspender algunos eventos programados, es lógico que ambas partes negocien las condiciones del contrato.
En los cuatro años que dura la concesión la UTE estimó unos ingresos de 22,7 millones de euros, 16 de ellos procedentes de la venta de localidades de espectáculos taurinos. Los otros 6,7 millones del alquiler de la plaza para otros eventos deportivos o musicales. También se puede compensar a la a UTE prolongando el contrato de concesión. La adjudicataria asume además la gestión de la nueva Escuela de Tauromaquia de la Comunidad de Madrid. En cambio, la explotación turística del recinto y del Museo Taurino (80.000 visitas el año pasado) se está licitando actualmente en un contrato independiente.
Otro capítulo de la reforma es la implantación de nuevas medidas de seguridad, sobre todo cuando la plaza se utiliza para conciertos. "Es una de las preocupaciones principales del Ayuntamiento de Madrid", señala Fernández Mateo. Actualmente la plaza tiene tres entradas y salidas principales, la puerta de arrastre, la de cuadrillas y la grande. "Es imposible hacer más porque no se puede tocar la estructura del coso", pero sí se va a limitar el aforo en este tipo de eventos, sobre todo en la arena, y se van a habilitar salidas móviles de la arena a la grada. "No está previsto que se instalen nuevos ascensores".
El coste de las obras será asumido por la Comunidad. "Aún no hay una estimación". Ya se está ultimando el estudio interno de las necesidades que demanda la plaza, que tendrá el visto bueno del Ayuntamiento de Madrid. Luego la empresa pública Obras de Madrid (la antigua Arproma) realizará el proyecto técnico que plasmará esas necesidades. El Gobierno regional supervisará así la dirección y la ejecución de la obra. El objetivo es comenzar los trabajos en octubre, cuando haya acabado la temporada taurina. Por tanto, no se cancelará la Feria de Otoño (del 23 de septiembre y al 1 de octubre). La Comunidad de Madrid ha dejado ya claro que las obras no conllevarán en ningún caso la cancelación de los eventos taurinos (unos 80 este año), la actividad principal de la plaza. Los trabajos se realizarán entre octubre y marzo, por lo que sí se verán afectadas el resto de actividades, conciertos y actos deportivos.
La Comunidad de Madrid ya ha dejado claro que las obras no conllevarán en ningún caso la cancelación de los eventos taurinos, unos 80 este año
Si en esta primera fase (octubre de 2017 y marzo de 2018) no se acabarán los trabajos, se volverían a reanudar al final de la temporada de 2018, es decir, en octubre de ese año. También se va a reforzar la seguridad de la andanada, la grada superior, cuyos asientos están muy inclinados. Se pondrán quitamiedospara mejorar la sujeción de los espectadores. Y el centro de transformación eléctrica que hay dentro de la plaza, junto al tendido siete, será soterrado o se sacará fuera del coso. La estructura de la plaza no se verá afectada. "Hay informes técnicos que se realizan cada año que avalan la estructura", concluye Fernández Mateo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario