sábado, 5 de octubre de 2019

La juventud empieza a ir a los toros. Y la esperanza es Ureña

Por Juan Miguel Núñez Batlles

La temporada viene enfilando su recta final cuando todavía hay tiempo
 y sobre todo razones para pensar que está creciendo el interés por
 "la Fiesta". La prueba es la vuelta de la juventud en algunas plazas.
 Y aunque todavía no es cosa de relacionar dicho fenómeno con ningún
 nombre concreto, la ilusión que flota en el horizonte se llama Paco Ureña.

Madrid, este fin de semana, con el abono de Otoño sometido al de
 San Isidro, y a pesar también de la buena climatología, ha tenido
 sólo una importante entrada de público, en el mano a mano del 
domingo Perera-Ureña, en tanto en la novillada que abrió el miniciclo,
 el viernes, y la corrida del sábado, apenas hubo media plaza. Lo 
que quiere decir que todavía hay muchas cosas que mejorar, pues
 falta gente en el tendido, mucha gente que aún tiene excusas para 
no ir a los toros.
La cosa es para pensárselo. Y para actuar, sobre todo desde las 
dos instancias con responsabilidad directa en el asunto: la empresa
 de Las Ventas, por supuesto, que no obstante esta vez ha 
confeccionado unos carteles en mi opinión bastante atractivos,
 en base a lo que hay; y la  propietaria de la plaza, la Comunidad 
de Madrid, que entre otras inversiones pendientes tiene la de la
 imaginación y el talento. Y a propósito, quiero dar la bienvenida 
al nuevo director-gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la
 Comunidad de Madrid, el matador de toros Miguel Abellán,
 deseándole lo mejor en este nuevo reto en su vida y vocación 
de taurino. Ahora Abellán tendrá que seguir "arrimándose", pero 
esta vez con la unción de lo político, que ojalá signifique la pátina
 que dé brillo y soluciones a tanto como hay pendiente en la misma
 plaza de Madrid y en tantas otras que la tienen como referencia  y
 hasta ahora la vienen imitando más que nada en las imperfecciones.
 Las Ventas, ojo, primera plaza del mundo, pero para lo bueno. Suerte,
 Miguel Abellán.

Y, como decía más arriba, no obstante al largo trecho que queda por 
andar, se está notando una sensible mejora en el rescate. La vuelta del
 público a las plazas. 

Aquí quiero volver a romper una lanza por la Casa Chopera. Dije en 
Salamanca de los Choperas, en sociedad con Bailleres, que hicieron 
una buena feria en todos los aspectos. Y aunque todavía hay objetivos
 por cumplir,  las buenas taquillas reflejaron una positiva evolución.

Y de la capital charra a Logroño. Otra feria clásica de los Choperas, 
que en los últimos años venía en progresión decreciente. Resulta que
 ahora y a pesar de que todavía quedan cosas que mejorar, por ejemplo,
 la presencia del toro, que allí siempre ha sido toro-toro, y no hace falta
 decir más;  y también la blandenguería de un "palco" que anda 
bastante despistado, más aún para devaluar los trofeos. En Logroño, 
digo, se ha notado este año algo muy bueno: la gente joven empieza 
a ir a los toros.

Eso sí que es una buena noticia, una estrategia empresarial, que hay
 que exportar a todas las plazas. ¿Y cómo lo consiguen los Choperas 
y el grupo mexicano Bailleres que comanda Antonio Barrera?
 Sencillamente, el trabajo y el ingenio siempre dan buenos frutos.

En Logroño han ido los jóvenes, por las facilidades que han tenido.
 Los abonos a los menores de 27 años, a 50 euros;  o lo que es lo
 mismo, diez euros por corrida. Y, ojo, que han sido entradas de 
tendido bajo contiguo al burladero de capotes. Una localidad
 inmejorable. Nada de mandarlos a las andanadas. La juventud de
 Logroño y de ciudades cercanas han ido a los toros en categoría, 
como fueron también en Salamanca.

Y un dato más. A Logroño, su plaza de La Ribera, vinieron asimismo
 jóvenes estudiantes de la Universidad de Navarra. a diez euros por 
entrada de tendido bajo, además viajando en autobús de lujo pagado
 desde Pamplona.

Ahí está la cantera de la afición, para cuando se hagan mayores y
 disfruten de una economía más boyante, que seguirán yendo a 
los toros.       
Estas son las mejores estrategias para frenar otras circunstancias
 desfavorables del  año taurino, tambaleante por la ausencia 
continuada de Roca Rey en todos los abonos después de su paso
 por Madrid en San Isidro, una baja que a día de hoy no se ha
 explicado, ni mucho menos justificado, por parte de nadie de su
 entorno, y que ha hecho mucho daño en las taquillas, ya que se 
contaba con él en principio, sí o sí, absolutamente en todas las 
plazas y ferias.

Claro que también este ha sido el año en que se ha consolidado 
otro nombre en línea ascendente, y ahora mismo sin rival: Paco Ureña.
 En estos momentos, el torero a seguir. El que de verdad puede 
mandar en "esto" por su capacidad y estilo, por mando y buena 
técnica, y porque se arrima como ninguno, amén de torear con suma
 pureza y clasicismo. ¿Hace falta enumerar sus triunfos continuados
 y rotundos desde su primer paseíllo en las fallas valencianas y 
hasta este domingo en Las Ventas que cerró su temporada?

Han sido cuatro tardes en Madrid, con una oreja en tres de ellas
 y doble trofeo con la correspondiente Puerta Grande en la otra.
 Arrasó en las Fallas y San Jaime, las dos ferias de Valencia.
 Puerta de los Cónsules en Nimes. El gran "suceso" de Bilbao,
 donde hizo historia al cortar cuatro orejas en una sola tarde. 
"Portazos" asimismo en Santander, Almería, Colmenar Viejo,
 Murcia y Logroño. Y más plazas, prácticamente en todas en 
las que hizo el paseíllo, que aunque podrían considerarse de 
menor entidad, sin embargo, han sido para él escenarios de la 
máxima categoría y responsabilidad, por el empeño que puso 
para triunfar en todas, entiéndase, entre otras, Cieza, Socuéllamos
, Arévalo (donde indultó un toro de Garcigrande) y no sé si alguna
 más que ahora no contabilizo. Y prueba de esa entrega sin 
reservas, "la medalla" de una cornada grave en Palencia.
  
De modo que ahora mismo no hay quien le haga sombra. 
Ureña, ecce homo, que, traducido de la vulgata latina, significa
 "éste es el hombre". Pues no hay más que él. Y la esperanza 
es su nombre.

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