martes, 15 de octubre de 2019

Bendito sea, Paco Ureña, que trae la renovación

Por Juan Miguel Núñez Batlles

El fenómeno Ureña. Por ahí hay que empezar el resumen de la temporada 2019, que este domingo echó oficialmente el cerrojo en la última feria en plaza "de primera", Zaragoza, aunque queden flecos de las corridas de San Lucas en Jaén, el próximo sábado, y al día siguiente en Huércal-Overa (Almería).  

Lo trascendente y relevante del año taurino, lo importante, ya ha pasado, y lleva indefectiblemente el nombre de Paco Ureña.

Creíamos -él también- que había plegado los trastos o avíos de torear tras el mano a mano que libró con Miguel Ángel Perera el último domingo de septiembre, en Madrid, puesto que no aparecía su nombre en las combinaciones iniciales del ciclo pilarista de la capital maña, y ya se suponía que ahí se acababa su campaña.

Eso le hizo plantearse tomar las primeras decisiones de cara a lo que deberá ser la temporada 2020, para lo cual, lo primero, por justo y necesario como dice la liturgia de la Misa, el cambio de apoderados.

Ni Simón Casas Casas va seguir administrando su carrera, ni Juan Diego le va a acompañar en el futuro como co-apoderado que también ha sido junto al francés.

La nota en la que se informó de esta determinación fue un escueto comunicado del propio torero a través de las redes sociales, pero sin utilizar la acostumbrada y casi siempre falsa muletilla o latiguillo dialéctico, que trata de suavizar la forma en la que se produce la ruptura. Aquí no se dijo lo del “mutuo acuerdo”, o que “las partes se desean lo mejor” ni milongas por el estilo.

Ureña es puro para todo. Toreando en la plaza, y para esto también, en la calle, sincero y natural, muy auténtico.  

Ha sido el nombre del año por sus triunfos, de especial importancia, en Madrid, Bilbao, Valencia, Nimes, Santander, Murcia, Almería y prácticamente en todos las plazas que ha pisado este 2019, con la seriedad que acostumbra y sin explotar la lástima por la gravísima cornada de Albacete, hace un año, que le costó la pérdida del ojo izquierdo.

Con la noticia de los apoderados, insisto, pensábamos que se había cerrado su temporada en España..... Pero todavía fue llamado a última hora para una sustitución en Zaragoza, el viernes pasado. Y lo que son las cosas, era la misma corrida que había negociado en principio, y que finalmente no se la  quisieron dar.

Allí comprobó todo el mundo el tirón, irresistible ya, de Paco Ureña, que con televisión y todo prácticamente llenó la plaza; pues se vendieron más entradas de las que se habían despachado con Manzanares, a quien fue a sustituir.

Lo grave es que todo esto se da todavía sin el reconocimiento pleno del régimen monopolista. Y digo yo que ellos sabrán -empresarios y apoderados, y hasta algún ganadero-, si lo que les interesa es opacar la figura de quien trae por fin la renovación.

Lo expongo así porque hay medios, llamados de comunicación, que están siendo controlados por “el sistema” y tratan de disimularle en lo que sería un lenguaje correcto de la comunicación, ya que ponen otros nombres por delante sin venir a cuento antes de referirse a él, que es el verdadero sujeto de la noticia.

Ejemplo claro, cuando titulan “Manzanares ya tiene sustituto”, en lugar de “Ureña sustituirá a Manzanares”.

Claro que cuando sale el toro se acaban las componendas.


En Zaragoza, y a pesar de la inoportunidad del descabello que redujo su triunfo a una sola oreja, dio otro golpe de autoridad. Marcó las emociones de la tarde, por técnica y valor, por enjundia, mando y resolución. Y consecuencia de todo esto es el revuelo que trae.

Pues no cabe más talento y sentimiento que auna en su estilo. Integro y verdadero, el toreo de Ureña, cercano y encajado, de mucho compás, mano baja y cuerpo abandonado, es puro desgarro.

Es Ureña, ahora mismo, el rey del toreo. Bendito seas, Paco Ureña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario