PABLO HERMOSO |
Plaza de toros La Luz en LEON (GUANAJUATO).
RESEÑA: Pablo Hermoso de Mendoza (silencio, silencio y dos orejas en
el de regalo); Juan Pablo Sánchez (oreja y dos orejas); y Ginés Marín
(vuelta y dos orejas).
GANADERIA: Toros de Fernando de la Mora (1 y 4), Villa Carmela (2, 3,
5 y 6) y Campo Hermoso (7).
COMENTARIOS. León y su feria taurina, son una de las citas fijas de
Pablo Hermoso de Mendoza en su periplo mexicano. Desde su debut en el
año 2000 solamente en una temporada (2015) no actuó y fue porque la
temporada en Colombia se alargó y no daba tiempo a llegar.
Una plaza donde cuenta sus actuaciones con llenos y por lo tanto donde
gusta mucho el toreo del caballero de Estella. En esta ocasión se
volvió a palpar esa comunión ya desde el primer toro de Fernando de la
Mora, astado con son y con el que el navarro pudo deleitar a sus
seguidores. Templó muy bien al toro de salida tanto con la cola como
con la bandera cuando se lo metió debajo en circulares. El toro tenía
son y permitió el lucimiento en banderillas y dispuso de su repertorio
de hermosinas, galope de costado y reuniones muy toreras. Luego sería
DALI el que compuso tercio, ahora destacando en los preparativos y en
las piruetas, ajustando terrenos y cerrando con una muy ajustada
contra las tablas. La sorpresa y positiva vino con D’ARTAGNAN, un
nuevo caballo con el que colocó las tres banderillas cortas y que le
deja al jinete un buen sitio a la hora de la reunión. El caballo rodó
muy bien y solo le falta el acoplarse Pablo a la forma de pasar de
este caballo y acertar como lo hizo con el tercer rejón de muerte,
perfecto de colocación. A pesar de los dos pinchazos previos que
privaron a Hermoso posiblemente de dos orejas, lo cierto es que las
sensaciones fueron positivas por el buen comportamiento del caballo.
El comportamiento del cuarto de la tarde hacía presagiar que o mucho
cambiaba aquello, o que íbamos camino de un toro de regalo. Manso,
rajado, alto de agujas el toro nunca colaboró en la lidia. Al final de
la lidia y ante la atronadora petición del público, Pablo regaló un
toro para poder así corresponder al entradón que presentaban los
tendidos.
Y el séptimo salió y hizo creer que iba a ser un regalo, pero
envenenado. Parado, receloso y sin ningún movimiento a favor de las
llamadas del caballo. Pablo tiró de experiencia para colocar el primer
rejón ante un astado que todavía no había embestido ni una sola vez.
Con el hierro, tampoco cambió su actitud reservona. Fue en banderillas
donde el toro sacó su bravura y Pablo cuajo un tercio de enorme
emoción. Con galopes de costado interminables en los que caballo y
toro eran uno solo unidos por la cola del equino. Templanza en las
reuniones con banderillas en lo alto, atacando siempre dejándose ver
el caballo. Más galopes de costado y ahora intercalando abanicos de
hermosinas. El éxtasis llego a los tendidos que vibraban por todo lo
alto y que siguieron a máximos decibelios cuando el caballo giraba una
y otra vez sobre los pitones del toro, que seguía embistiendo de forma
brava. No se paró en cortas y colocó un trio aprovechando los terrenos
que el toro pedía y sorprendió con un par a dos manos que colocó en lo
alto. Mató de un rejonazo con el que dobló el bravo toro y que otorgó
al jinete su doceava puerta grande en esta plaza.
FECHA. 4 de febrero de 2017 ENTRADA: Lleno.
RESEÑA: Pablo Hermoso de Mendoza (silencio, silencio y dos orejas en
el de regalo); Juan Pablo Sánchez (oreja y dos orejas); y Ginés Marín
(vuelta y dos orejas).
GANADERIA: Toros de Fernando de la Mora (1 y 4), Villa Carmela (2, 3,
5 y 6) y Campo Hermoso (7).
COMENTARIOS. León y su feria taurina, son una de las citas fijas de
Pablo Hermoso de Mendoza en su periplo mexicano. Desde su debut en el
año 2000 solamente en una temporada (2015) no actuó y fue porque la
temporada en Colombia se alargó y no daba tiempo a llegar.
Una plaza donde cuenta sus actuaciones con llenos y por lo tanto donde
gusta mucho el toreo del caballero de Estella. En esta ocasión se
volvió a palpar esa comunión ya desde el primer toro de Fernando de la
Mora, astado con son y con el que el navarro pudo deleitar a sus
seguidores. Templó muy bien al toro de salida tanto con la cola como
con la bandera cuando se lo metió debajo en circulares. El toro tenía
son y permitió el lucimiento en banderillas y dispuso de su repertorio
de hermosinas, galope de costado y reuniones muy toreras. Luego sería
DALI el que compuso tercio, ahora destacando en los preparativos y en
las piruetas, ajustando terrenos y cerrando con una muy ajustada
contra las tablas. La sorpresa y positiva vino con D’ARTAGNAN, un
nuevo caballo con el que colocó las tres banderillas cortas y que le
deja al jinete un buen sitio a la hora de la reunión. El caballo rodó
muy bien y solo le falta el acoplarse Pablo a la forma de pasar de
este caballo y acertar como lo hizo con el tercer rejón de muerte,
perfecto de colocación. A pesar de los dos pinchazos previos que
privaron a Hermoso posiblemente de dos orejas, lo cierto es que las
sensaciones fueron positivas por el buen comportamiento del caballo.
El comportamiento del cuarto de la tarde hacía presagiar que o mucho
cambiaba aquello, o que íbamos camino de un toro de regalo. Manso,
rajado, alto de agujas el toro nunca colaboró en la lidia. Al final de
la lidia y ante la atronadora petición del público, Pablo regaló un
toro para poder así corresponder al entradón que presentaban los
tendidos.
Y el séptimo salió y hizo creer que iba a ser un regalo, pero
envenenado. Parado, receloso y sin ningún movimiento a favor de las
llamadas del caballo. Pablo tiró de experiencia para colocar el primer
rejón ante un astado que todavía no había embestido ni una sola vez.
Con el hierro, tampoco cambió su actitud reservona. Fue en banderillas
donde el toro sacó su bravura y Pablo cuajo un tercio de enorme
emoción. Con galopes de costado interminables en los que caballo y
toro eran uno solo unidos por la cola del equino. Templanza en las
reuniones con banderillas en lo alto, atacando siempre dejándose ver
el caballo. Más galopes de costado y ahora intercalando abanicos de
hermosinas. El éxtasis llego a los tendidos que vibraban por todo lo
alto y que siguieron a máximos decibelios cuando el caballo giraba una
y otra vez sobre los pitones del toro, que seguía embistiendo de forma
brava. No se paró en cortas y colocó un trio aprovechando los terrenos
que el toro pedía y sorprendió con un par a dos manos que colocó en lo
alto. Mató de un rejonazo con el que dobló el bravo toro y que otorgó
al jinete su doceava puerta grande en esta plaza.
LOS TRES SALIERON TRIUNFADORES EN HOMBROS |
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