Antonio y Eduardo Miura, bajo las míticas calaveras de la entrada a «Zahariche» /Foto Raúl Doblado/
Agradece el VII Premio Taurino de ABC, «un periódico de categoría y defensor de la Fiesta desde su nacimiento»
MADRID,12/12/2014
Miura. La leyenda. Las calaveras que presiden la entrada alsantuario de Zahariche. Allí pastan los toros de esta mítica divisa, galardonada con el VII Premio Taurino ABC. «Mi hermano Antonio y yo estamos muy contentos de haberlo ganado; es un trofeo muy especial porque viene de un periódico de la categoría y la importancia de ABC, defensor desde su nacimiento de la Fiesta», comenta Eduardo Miura al conocer la noticia. «Ambos, ABC y Miura, son centenarios, aunque nuestro hierro sea un poquito más mayor. Pero pertenecemos a una época y a un estilo, a una escuela en la que las cosas se hacen con seriedad».
—¿Qué hubiese dicho aquel otro don Eduardo?
—Mi padre es la primera persona en la que he pensado. Se hubiese llevado una alegría tremenda, al igual que mi tío y mi abuelo. Como mi hermano y yo, que llevamos dieciocho años al frente de la ganadería.
—Cuentan ustedes que han evolucionado manteniendo los mismos mimbres. ¿Cómo se cocina esa difícil y gloriosa mezcla?
—Con trabajo, con dedicación y con naturalidad. Hay que adaptarse a las circunstancias, pero siguiendo la línea de nuestros antecesores.
—El jurado reconoce la lucha de los ganaderos en el ruedo de la crisis. En su caso, ¿se vive o se sobrevive?
—Nosotros somos unos privilegiados que afortunadamente vivimos y nos conformamos con poco, con que la familia vaya para delante. Es ley de vida, pero yo siento mucho cuando veo ganaderías que hace sesenta años estaban aquí y hoy han desaparecido. Sin duda alguna, el ganadero ha sido el principal perjudicado por los gastos que tiene. Resulta muy triste ver cómo el toro parece un ascensor que no sube para arriba y baja a los sótanos.
–El jurado ensalza también el apoyo de Don Juan Carlos a la Tauromaquia.
-Todo lo que nos apoye la Casa Real es muy bueno. Y me gustaría que Felipe VI siguiera haciéndolo como su padre.
–La próxima semana la Unión de Criadores de Toros de Lidia ha convocado al sector para analizar los problemas de la Fiesta. ¿Confía en la unidad?
–Es complicada, pero sí tengo confianza en que exista esa voluntad de unidad y alguna vez la consigamos. Me preocupa mucho que cada uno vaya por un lado distinto, a lo suyo. La unión de todos lo estamentos hace la fuerza.
—¿Qué argumento daría para defender la variedad de encastes?
–Muy sencillo: entre más cartas posibles haya sobre la mesa, más beneficioso será para la Tauromaquia.
–Su vuelta a Madrid fue un éxito. ¿Qué supuso ese toro «Zahonero»?
–Una gran satisfacción, de las mayores del año. Fue de esas corridas que uno busca y sueña.
–En tiempos en los que se dice que el público va a ver más a los toreros que a los toros, los Miuras colgaron en San Isidro el cartel de «No hay billetes». ¿Se lo esperaba?
–Si nos lo dicen un mes antes, no nos lo creemos. Fue todo un lujo. Es difícil que eso pase, aunque de vez en cuando también lo cuelgan otros compañeros. Si Dios quiere, volveremos a Madrid la próxima temporada.
–¿Corridas para 2015?
–Sobre ocho o nueve. Sevilla y Pamplona son nuestras niñas bonitas. En Abril esperamos regresar a nuestra fecha natural de cierre de feria.
–Se rumorea que El Juli podría pedir los Miuras en su posible vuelta a la Maestranza. ¿Alguna noticia?
–Ni El Juli ni la empresa han venido a verlos. No sabemos absolutamente nada. Escogeremos nuestra corrida como siempre, la toree quien la toree.
–Quien sí aparece fijo es su sobrino Eduardo Dávila Miura.
–Es un embolado gordo tanto para él como para nosotros...
–¿En su casa aún manda el ganadero?
–Seleccionamos nosotros y no dejamos que nos cambien unos toros por otros si no son los que hemos elegido.
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