UN FAMOSO CALVO EPILÉPTICO
Y aqui viene la polémica. Hay autores que piensan que este altar no deja de ser una muestra más del apoyo que los pueblos de la carpetania dieron a Julio César en su lucha contra los hijos de Pompeyo. César no sólo fue un inolvidable escritor y estadista romano, sino fundamentalmente un magnífico general cuya base real de poder supo asentaria en el prestigio de sus victorias, la autoridad que éstas le dieron sobre las tropas y la posesión de una inmensa fortuna que le permitia celebrar los triunfos agasajando al pueblo con banquetes y espectáculos inolvidables. La imagen que de él tenemos dista bastante de lo que podríamos denominar actualmente lo politicamente correcto. Durante su juventud sufrió de fuertes jaquecas, ataques de epilepsia y una creciente alopecia que le proporcionó una lustrosa calva de la que se avergonzaba. Para que no se notara algo tan evidente, todas, las mañanas de su vida dedicó un tiempo considerable en peinarse el escaso pelo desde la nuca hasta la frente para asi cubrir una mayor parte de la cabeza. Aunque su rostro no era bello,ya que presentaba una mandíbula cuadrada y un labio inferior más saliente que el superior, su éxito com las mujeres era tremendo, de ahi que sus soldados le llamaran el adúltero calvo. Tenia un humor inteligente a flor de piel, quizás por eso fue capaz de admitir los improperios que le lanzaban sus adversarios que le tildaban de charlatán, arrogante y disoluto, e incluso de "ser el marido de todas las esposas y la esposa de todos los maridos". Volviendo al "Ara de Alalpardo", decíamos que existen autores que son de la opinión de que el altar debió levantarse en el 47 a.C, durante la II Guerra Civil entre César y los hijos de Pompeyo, por lo que lógicamente en Alalpardo ya debia existir un núcleo de población romanizada, siendo este el momento estelar en el que el citado pueblo entraria en la Historia.
5º CAPÍTULO: CONTUBERNIO AL LADO DEL CAMINO.
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