miércoles, 8 de agosto de 2018

SOBRE LA APUESTA TAURINA DE UNA CONCEJAL. Por JUAN MIGUEL NÚÑEZ BATLLES

Por JUAN MIGUEL NÚÑEZ BATLLES


No me había pasado nunca, advierto. Sentirme obligado a reescribir sobre algo que ya consideraba por mi parte dicho y bien dicho. Pero me estimulan, y hasta me incitan los comentarios que en forma de halagos ha inspirado la protagonista de este artículo, que yo había escrito en principio pensando sólo en un entorno local, o como mucho provincial. Y, sin embargo, ha traspasado fronteras, ya lo creo.
Se trata de una concejal. O no, es algo más que una simple edil. Y me remito a las connotaciones que desprende su personalidad y actividad, con especial incidencia en algo que se vive con pasión en toda España y otros países con tradición taurina, precisamente la inquietud en la defensa y proyección del toreo como expresión artística y algo único de nuestras costumbres, cultura e historia, y hasta respeto y defensa del medio ambiente.
Es la primer teniente de alcalde de Roquetas de Mar (Almería),  Eloísa Cabrera Carmona. Una mujer capaz de renunciar a las prebendas que de cara a su futuro personal le supondrían el cargo de diputado nacional, para poner ancla en su ciudad con el fin de estar cerca de los problemas y preocupaciones de su gente, peleando soluciones. No es fácil encontrar personas así. Pues la vocación política tiene también sus debilidades, hay que reconocer, no obstante, en su caso para reforzar el credo y la ilusión de servicio.    
Hice un comentario sobre ella en una conexión en directo dentro del programa “Clarín” de Radio Nacional de España. Me llamó la atención no verla en su sitio habitual en la Plaza de Toros de Roquetas, “su” plaza, puesto que ha sido y es ella la verdadera artífice de todo lo que lleva sello taurino allí. Y fue tremendo el eco que tuvo. Las reacciones solidarizándose con Eloísa cuando dejé caer que alguna extraña maniobra podría estar queriendo apartarla de sus combativas y en muchas ocasiones brillantes tareas. Y porque creo que es injusto opacar su labor, sus éxitos y nuevos proyectos, no me mordí la lengua.
No me guardé nada en aquel comentario radiofónico a pesar de la premura del directo, y ello provocó muchas y muy contundentes reacciones a su favor. Eso me hizo escribir un artículo que titulé sólo con la palabra “Eloísa”, nombre que todo el mundo aplica a su persona en Almería y provincia.
Pero ahora, a raíz de esa publicación en un diario de la tierra, se han multiplicado los reconocimientos a ella fuera del ámbito estrictamente regional. Y el nombre de Eloísa está ya en boca de todos, sobre todo los que sienten o sentimos preocupación por el devenir de “la Fiesta”. Para tener idea transcribo algunos:
“…una gran defensora y activista de lo taurino, que en cualquier momento podría desembarcar y hacer cruzada también aquí. ¡Ojalá! Pídeselo en nombre de los aficionados catalanes y españoles….”. (Doctor Enrique Sierra Gil, cirujano-jefe de la plaza de toros monumental de Barcelona).
“…hay que abundar en el reconocimiento que le debemos…”. (Pilar Guardiola Flores, presidenta del Ateneo Cultural Taurino).
“…Eloísa guerrera, sin duda la artífice del éxito taurino en Roquetas…”. (Santos García Catalán, escritor).
“… Y tú ejerces de Jardiel Poncela taurino, poniendo a Eloísa donde merece. Por fin alguien sensato la ha sacado de debajo del almendro…”. (Javier Molero, ex-presidente del Club Cocherito de Bilbao).
 Y así, muchos y elogiosos comentarios, de: Miguel Ángel Martín, presidente de la Fundación Eurotoro; Marcial García, escritor y pedagogo; Francisco Vera, presidente del Foro Cultural Taurino de Cartagena y su Comarca; Hilario Taboada, torero gallego; Francisco Cañamero, escritor y periodista; Victorino Martín, ganadero y presidente de la Fundación Toro de Lidia. Y más, unos cuantos más que recomiendan aquella lectura. Para cumplir con sus deseos, ahí va el artículo otra vez, conforme se publicó en Almería:

   
ELOÍSA

Tiene nombre de guerrera ilustre. Y a la vista de sus proyectos y convicciones hay que admitir que hubo una clara intuición en quienes la bautizaron así. Nombre de origen germano, cuyo significado reafirma su carácter combativo. Además su génesis francesa, en su variante en español, significa "La Elegida". Rotundo aserto a la vista de sus cruzadas desde no sé cuántas legislaturas en su Roquetas de Mar y de su alma.
Eloísa Cabrera Carmona. Es la concejal que se venía encargando de lo taurino en la ciudad salinera. Y la
reivindico aquí porque una de sus contiendas es una ilusión constante para el mundo del toro,  sobre todo desde que hace dieciséis años se inaugurara la moderna y coqueta plaza, en cuya gestión ha tenido mucho que ver, por no decir todo. 
Roquetas ya ha consolidado su todavía corta tradición taurina gracias al empeño, al trabajo bien hecho y la afición de esta mujer, que de pronto, tengo la impresión, la quieren quitar de enmedio.
Se habla de la apuesta taurina de Roquetas consecuencia de un trabajo de equipo. Y efectivamente, dicho así también se hace justicia con el alcalde y toda la corporación, pues no hay que quitar méritos globalmente hablando. Pero a nadie se le escapa que detrás, o directamente al frente de esa tarea, ha estado hasta hace pocos días -la feria de este año todavía ha sido responsabilidad suya- la primer teniente de alcalde, Eloísa en cuestión. Ejemplo de afición y vocación hasta lograr la actual plaza con capacidad para más de siete mil espectadores y modélicas instalaciones, incluido un museo. Carteles de primerísima categoría desde aquel 2002 que se inauguró. Y muchos actos donde la cultura hace de trampolín que proyecta el toreo. Todo lo que abunda en el sello taurino de Roquetas es cosa de Eloísa, quien se anda sin complejos, firme en su ideal de hacer del toreo una maravillosa y gran verdad.
Profesionales y aficionados, y público en general, lo agradecen, más en estos tiempos de inmaduros e inmorales, algunos instalados en la negativa a la corrida, mientras otros van y vienen del si al no con oquedad de planteamientos, pasando del blanco al negro sin pisar el gris. Políticos nada de fiar.
Por eso, faltan reconocimientos para Eloísa Guerrera, digo, Cabrera, que con trabajo y tenacidad, con mucha ilusión, hizo realidad el sueño compartido por Roquetas y el toreo. Por eso preocupa no haberla visto estos días de "su" Feria de Santa Ana en "su" burladero del ayuntamiento, en el callejón.
La inquietud por lo que representa es grande, pues ahora más que nunca "la Fiesta" necesita de políticos de su vocación y talante. Y no vale darle la medalla del agradecimiento; la gente quiere para ella la de la continuidad. Que vuelva Eloísa al timón de lo taurino.
Son muchas "las eloísas" que necesita el toreo.  

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