"...Recibió dos merecidas orejas, de mucho peso, sin duda de las mejores que se han cortado en la temporada, no dudo que si hoy hubiese estado en turno el Juez Morales le hubiese dado el rabo. La gente coreó fuerte el triunfo y lo vitoreó durante la triunfal vuelta al ruedo..."
13ª de la Temporada Grande en La México.
Glorioso regreso y gran faena de Ponce que salió a hombros
Más de veinte mil personas se dieron cita en la Plaza México para presenciar el regreso de Enrique Ponce. El Valenciano estuvo acompañado deEmiliano Gamero en el caballo, Juan Pablo Sánchez y Juan Pablo Llaguno que confirmó su alternativa. El rejoneador lidió uno deRancho Seco y para los de a pie de Teófilo Gómez. Larga la ausencia del maestro Ponce en una plaza donde ha regalado grandes faenas. En su última presentación las cosas no salieron como él hubiese querido y el público se fue enfadado con el de Chiva. El tiempo logra sanar las heridas y desde que se asomó por la puerta de cuadrillas los aplausos no se hicieron esperar, el público le quiere y le obligó a salir al tercio. De manera cortes invitó a sus alternantes a que escucharan la ovación. La tarde del domingo fue el reencuentro de Ponce con su Plaza México, no hubo reproche con la presentación de los astados, si bien no fue la mejor, cumplieron con el mínimo necesario para que el público dejara estar a los toreros.
Ayer se vio a Ponce dominar la escena, desde que se abrió de capa con el primero de su lote puso de manifiesto las ganas de agradar, con su peculiar estilo marcado por la clase que atesora. Con sabiduría fue mostrando los caminos al astado hasta fijarlo, lances a pies juntos muy bien rematados. Después de la breve puya, quitó con clase por verónicas. Brindis al respetable, el toro no era sencillo; sin embargo, transmitiría emoción porque fue a más. El mérito de la faena fue que Ponce enseñó al astado la forma correcta de embestir, lo fue llevando y consintiendo hasta que logró que el toro se entregara por la derecha. Soberbios los cambios de mano con los que se remataban las series. El toro por izquierda no era claro, aun así Ponce lo buscó sin obtener la respuesta deseada del público. Regresó a la derecha y el toro siguió embistiendo con emotividad. La faena caló hondo en el público ya que el toro transmitía emoción, no era un toro fácil, pero Enrique lo entendió a la perfección, dándole la distancia adecuada, para así poder templar cada uno de los pases. Luego vinieron las “Poncinas” toreando muy despacio, el público pedía más, pero el burel por izquierda no tenía la misma transmisión, había que darle su aire y eso lo supo el maestro que tuvo que volver a la diestra.
Cuando parecía que la faena estaba por concluir, Ponce pudo dar una tanda más por el lado derecho poniendo al público de pie. Se tiró a matar y dejó una estocada entera que fue suficiente para que el toro doblara. Recibió dos merecidas orejas, de mucho peso, sin duda de las mejores que se han cortado en la temporada, no dudo que si hoy hubiese estado en turno el Juez Morales le hubiese dado el rabo. La gente coreó fuerte el triunfo y lo vitoreó durante la triunfal vuelta al ruedo. Con el segundo de su lote poco pudo hacer, un astado de fea estampa cuyo juego fue bastante malo; inclusive terminó desarrollando peligro. Ponce quería seguir triunfando por ello estuvo intentando hasta que fue materialmente imposible sacarle un pase al animal. Se despidió con las palmas, al final de la tarde saldría por la Puerta Grande.
Juan Pablo Sánchez ha demostrado que su gran cualidad es el temple, torea muy muy despacio y eso en esta plaza tiene un aprecio singular. Con el primero de su lote poco pudo hacer, un toro que no transmitía. Con el segundo de su lote pudo realizar una faena templada, de mucho mérito dado que el viento estuvo molestando. Los aficionados apreciaron la dificultad que conlleva torear muy templado con el viento encima. Con el público en el bolsillo se tiró a matar y señaló varios pinchazos perdiendo seguramente una oreja o quizás dos. Con la espina clavada decidió regalar al sobrero. El astado, desde su salida, parecía estar lastimado de alguna de sus manos, su embestida no era clara, muchos comenzaron a abandonar el coso sin darse cuenta que Sánchez estaba metiendo al toro a su muleta. Finalmente, lo pudo meter y aprovechando las ajustadas embestidas pudo dar muy buenos trazos. El toro no tenía gran recorrido, había que esperarlo, cuando iba con esa poca fuerza Juan Pablo lo esperó y lo supo mandar. Se tiró a matar y dejó certera estocada. Merecida oreja.
Confirmó su alternativa Juan Pablo Llaguno un torero que puede llegar lejos pero necesitará buenos consejos de sus apoderados y maestros. Hoy tuvo en suerte a dos buenos ejemplares pero su nerviosismo y la falta de madurez no le permitieron cuajarlos como seguramente habría querido. Con el primero de su lote, toreó muy bien a la verónica, hizo un buen quite por chicuelinas. Brindó al público y con ganas comenzó la faena por el lado izquierdo que se veía el más claro del astado. Llaguno no se acomodó del todo, toreó algo despegado, y optó por cambiar de mano. Con la derecha alcanzó los mejores momentos, pases templados, el público empezó a corear los muletazos, volvió a la izquierda y tuvo dificultad para hilar los pases, de nuevo a la derecha. No estuvo certero con la espada y perdió la oreja. Saludó en el tercio. Con el último de la tarde, el toro tenía una embestida clara por ambos lados, Llaguno lo toreo de manera veloz, pases y pases, sin poder transmitir a todos los asistentes, quienes pacientes esperaban a que el novel matador pudiese templar con calidad al animal. Comenzó la división de opiniones, algunos gritos de toro, pero al final las manoletinas con las que terminó la faena subieron el tono de la faena. De nuevo no estuvo certero con el estoque y todo quedó en una salida al tercio.
Abrió plaza el rejoneador Emiliano Gamero, tuvo una actuación muy decorosa considerando las condiciones del toro de Rancho Seco, el burel no tuvo la codicia adecuada para permitir un lucimiento. Aun así, Gamero puso todo de su parte para agradar, demostrando sus cualidades como jinete; las piruetas y los quiebros pusieron ambiente pero no fueron suficientes para conseguir un triunfo. Se despidió con palmas.
Ficha del Festejo:
Décimo Tercera Corrida de Temporada. Más de veinte mil personas.
Emiliano Gamero (rejoneador) ovación.
Enrique Ponce (ciruela y oro): dos orejas y silencio.
Juan Pablo Sánchez (obispo y oro): silencio; saludos en el tercio y una oreja con el sobrero. Juan Pablo Llaguno (marino y plata): ovación el tercio en ambos astados.
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