Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín
CON ANTONIO ORDÓÑEZ EN RONDA
EL VITO
Entre cumbres serranas y defendida por picachos y enormes barrancos se encuentra Ronda, un sitio donde hace miles de años los celtas inventaron una ciudad entre riscos, para evitar la agresividad de los íberos.
Más tarde los griegos destruyeron Ronda, pero los romanos la reconstruyeron y los árabes le dieron calor de permanencia.
Ronda fue con Granada postrer querencia donde los sarracenos se apencaron en territorio europeo, hasta que Fernando e Isabel, los Reyes Católicos, le pusieron el sello lacrado al documento de La Reconquista e iniciaron la universalización de los reinos de Aragón y de Castilla, para llevar La Cruz, el Evangelio y la Lengua Castellana a todos los confines del mundo.
Romana y andaluza, la llamó García Lorca, en su Marianita Pineda. Fue la tarde de toros de Cayetano en la vieja plaza de Ronda. La misma Ronda donde surgió un novillero fenomenal al que anunciaban los carteles como "Niño de la Palma". El que, con esa certeza que tenía Gregorio Corrochano para los titulares de sus crónicas, anunció su próxima presentación en Madrid con aquel famoso encabezado "Es de Ronda" y se llama Cayetano"...
Cayetano Ordóñez, "Niño de la Palma", padre de Antonio fue un gran torero, de éxito tan fugaz y efímero como era la dimensión de su ambición, un gran torero que vivió los días de su gran confusión y total abandono en Caracas, cuando diluida su fama y embutido en trajes viejos.
Este Cayetano de Ronda permanecerá en la leyenda por el titular de Corrochano y por ser el padre de Antonio Ordóñez, uno de los dioses del Olimpo del toreo.
"La Palma" así se llama un mesón en Ronda que adorna su pared principal con tres fotos de toreros... Pedro Romero, miembro de la primera gran dinastía y fundador de la Escuela de Ronda, que con el tiempo rivalizaría en romance con la escuela sevillana... Cayetano Ordóñez "Niño de la Palma", precoz figura y cabeza en la más moderna dinastía de toreros de Ronda... y Antonio Ordóñez, maestro del torero. Los tres rondeños más famosos de la historia.
Con Antonio Ordóñez conversamos una noche, en "La Palma" de Ronda, habiendo concluido la breve temporada de corridas que organizó el maestro para conmemorar el bicentenario de la fundación de la plaza de la Maestranza de Ronda. Conversación que transcribo a manera de entrevista y que surgió" con el testimonio de la presencia de los matadores Pepe Dominguín, Victoriano Valencia, Curro Vázquez y Julio Robles, activos éstos dos últimos quienes aquel día, por la tarde, había lidiado una corrida de Joaquín Buendía en el secular albero rondeño.
Coementaba en la mesa Antonio Ordóñez, que había sido el empresario de aquella corrida, aquella tarde, que "El que hayan tenido movilidad estos toros con esos pesos es la respuesta de la raza que llevan dentro y que es capaz de moverlos con nobleza... otra ganadería hubiera rodado por el suelo. Como ganadero estaría tomándome un whisky, para celebrarlo, porque el tercer toro de la tarde fue un toro de vacas"
Se refería Antonio Ordóñez a un magnífico ejemplar de Joaquín Buendía, negro y bragado, que había sido lidiado en tercer lugar aquella última corrida de la Feria Bicentenaria de Ronda.
Esa referencia, fue el inicio de una tertulia que anduvo en la búsqueda de los problemas que confronta el espectáculo de torero, y fue por ello que, a renglón seguido, el rondeño se expresó: -"El toro que se lidia hoy en España es el toro más difícil que ha salido en la historia. Es más grande, contra estilo para el toreo estético, que tiene muy poca movilidad, muy poco temperamento y que provoca escasa emotividad... por ello sostengo que hay entre los toreros de ahora unos diez que hubieran arrasado, en plan de grandes figuras del toreo, en mi época. Y es fácil deducirlo, porque son toreros que con una pizca de movilidad que tenga el toro lucen una barbaridad".
Es tan difícil el momento por el cual atraviesa la ganadería de lidia que recomendaría por absurdo que parezca, reunir todas las razas y encastes y hacer un revoltillo de ellas para empezar desde el principio y dejarnos de tantas tonterías de ramas muy cercanas, lo que ha provocado que el toro de hoy a pesar de su gran tamaño sea un enemigo blando, en apariencia de gran nobleza aparente, que constantemente esté matando toreros, hiriendo toreros, sin lograr que los públicos se entremezclan por el sangriento sacrificio que tenemos como resultado".
Insisto en que hoy hay grandes toreros, tan buenos o mejores que las figura de mi época, pero que por culpa de la poca movilidad del toro actual no lucen, ni logran emocionar como pudieron hacerlo antes".
Señaló Ordóñez que la razón por la cual el toreo esté aparentemente manipulado por intereses ajenos al espectáculo es culpa de los propios toreros y de los taurinos que viven en torno a la fiesta.
"Te habrás fijado en los detalles del espectáculo que dimos esta tarde en Ronda... las mulillas me constaron veinte mil duros y las traje de Sevilla. "
Por cierto que llevaban los colores blanco y rojo, de Atlético de Bilbao, el equipo de cual el maestro es hincha. Otro, más observador, dijo que se trataba de la bandera de Alianza Popular-.
"La plaza no tiene desperdicios, está totalmente encalada, los herrajes, la arena, los corrales, todo en ella brilla como si estuviéramos inaugurándola hoy, y tiene doscientos años. Pero es que hay que darle brillo a las cosas sencillas de la fiesta para que ella tenga grandeza... te fijaste en la corrida de toros. Una corrida con toros para Madrid en una plaza de tercera, y se veía muy natural. Te digo que los toreros son los principales enemigos de su profesión porque ellos han perdido la majeza que lleva el espíritu de la profesión. No exigen los dineros y no gastan los dineros y así se va perdiendo ese halo de grandeza que siempre tuvo el matador de toros hasta convertirse en un funcionario más... un asalariado que en las tertulias sólo sabe hablar de tractores y ahorros, cuando debería hablar de toros, de ganaderías, de fincas ganaderas, de las cosas de su profesión...
Está en España de moda la pareja que integran Martín Recio y Monteliú, peón de brega y banderillero estrella en la cuadrilla de "Antoñete". Alguien comentó" que había saludado desde el tercio, desmontándose, casi las mismas veces en que habían actuado. Ordóñez, pensativo y sin dirigirse a nadie en especial, dice sentenciosamente:
"Los mejores banderilleros han pasado por el torero sin que los públicos se dieran cuenta que existían, El mejor banderillero que vi fue Ferrer, "Sentencias", y fue torero que jamás agradeció" una ovación, eso de correr los toros a una mano, abrirlo y corretearlos por la arena para que luego el matador tenga que pasárselos por el fajín, no es bueno. Era bueno para los antiguos, como ese -hace referencia al cuadro de Pedro Romero-, pero no ahora que el toreo reclama estética, belleza, ceñirse en los terrenos para torear con majeza".
Mientras hacen un alto en la tertulia le preguntamos al matador cuál fue el mejor toro que lidió en Venezuela y nos responde: "El que no toree". De inmediato recuerda a "Cascabel" de San Mateo con el que se consagró" en la ciudad de México.
-"Creo que el Reglamento Taurino actual abunda en artículos, y el proyecto del nuevo reglamento también abusa de ordenanzas. En primer lugar tiene un gran defecto, y es que sobre el mismo no han opinado los matadores de toros en activo. Me llamaron a mí para que opinara, pero no estoy en activo. Hay que llamar a Manzanares, a El Capea, a Curro Vásquez, a Robles para que opinen... sin embargo creo que todavía abundarán artículos al respecto, porque considero que sólo deberían escribirse cuatro cosas que son las que no deben hacerse y basta. Fíjate en ese -vuelve a señalar la pintura de Pedro Romero- ese hizo escuela y fundó" una dinastía. Como él los antiguos, toreaban sin reglamento ni complicaciones y sentaron las bases del toreo de una manera rotunda, tan eficaz que hemos sido incapaces de remover a pesar de las vueltas que le hemos dado. La fiesta de los toros, como espectáculo, ha evolucionado poco en lo que respecta al encaje de ella dentro de la sociedad moderna. La promoción, la utilización de los medios, la difusión de la cosas de los toros se han quedado rezagadas si las comparamos con el deporte, las artes, u otros espectáculos que interesan a la sociedad moderna... es por eso que decimos, y con razón, que es un milagro su existencia.
Antonio Ordóñez insiste en dos puntos que considera fundamentales para mantener la fiesta de los toros en rango e importancia:
Son los toreros los primeros que deban darle jerarquía a su profesión. Esta es una profesión de grandezas y si ellos viven para recaudar migajas estarán de la mano de las miserias... y el otro punto es el recobrar la movilidad del toro, buscarla entre las razas existentes. Debemos darnos cuenta que la emoción no radica en los volúmenes de los toros, en las carnes, sino en la fiereza de las reses. Un toro debe ser considerado como un atleta, ágil y musculoso, bravo y emotivo, no un elefante con grandes cuernos que haga el papel de estatua.
Antonio Ordóñez en Ronda habla de la fiesta... vida para la fiesta y se propone, desde la secular ciudad, lanzar a los cuatros vientos de la geografía del toreo sus mensajes porque está convencido que con ellos salvará la profesión, el espectáculo que ha sido algo más importante que su propia vida.
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