miércoles, 16 de enero de 2013

LA PAZ DE VERSALLES.




La Paz de Versalles

Por Álvaro R. del Moral
El Juli, más cerca del monte Baratillo. 
Las versiones interesadas que pretendían alejar al joven maestro de la plaza de la Real Maestranza ya tienen billete de vuelta… La empresa Pagés y Roberto Domínguez -apoderado del diestro madrileño- podrían estar acercando unas posturas que, como todo en el toreo, no eran tan irreconciliables como se habían pintado. Canorea y Valencia le habrían ofrecido a El Juli hasta cuatro tardes en la temporada sevillana: Resurrección, dos en la abril, una cuarta en la feria de San Miguel y… pelillos a la mar. Estos planes encajarían con la salida de Manzanares del lujoso festejo pascual. El alicantino prefiere echar toda la carne en el asador para esa encerrona en solitario del 13 de abril a la que seguiría un segundo paseíllo primaveral y, posiblemente, una tercera tarde en septiembre. Habría una última novedad de cara al acontecimiento manzanarista: Manuel Molés aseguró en su programa que el verdadero ídolo de Sevilla habría pedido un toro de Victorino Martín para completar el combo ganadero que despachará en solitario. El torismo reaccionario y replicante -ésta vez- tendría que envainársela. Jojojojo.

¿Habrá enroque de Morante? 
Visto lo visto -y oído lo oído- el encaje de Morante de la Puebla podría ser uno de los escollos imprevistos para levantar el armazón de la Feria de Abril de la recesión. Se habla de un aumento de honorarios a lomos de la exclusiva mexicana; de la progresiva pérdida de su condición de torero consentido en Sevilla… en ese río revuelto sería cada vez más factible la entrada de Talavante, un matador en trance de reafirmación -con todo a favor enseñó demasiadas lagunas en 2012- que se colaría de rondón en el festejo más lujoso del año, en el que sí parece segura la ganadería de Garcigrande mientras baila la terna definitiva, en la que aún hay lugar para las sorpresas. Mientras tanto, ¡tachán tachán! seguimos sin noticias de José Tomás aunque su encaje en Sevilla ya se antoja una quimera irresoluble. La ausencia de las cámaras de televisión -sobre la que aún no se ha dicho la última palabra- le pondría en bandeja la temporada entera, al igual que a El Juli, que convirtió el conflicto catódico en la piedra de toque de su guerra antisistema. ¿Entrará en los planes del diestro de Galapagar torear en Sevilla? ¿habrá entendimiento económico con los empresarios? ¿mantendrán conversaciones? Nada se sabe a ciencia cierta aunque cualquier gesto del Divino daría un vuelco inesperado a la gestación de una Feria destinada a resolver una encrucijada histórica. En medio de la crisis, el panorama taurino hispalense habría podido entrar en un punto de no retorno que aún puede ser evitado con carteles redondos. Lo otro sería un suicidio.

¿Y qué pasa con la televisión? 
Las primeras informaciones daban por roto el acuerdo pero parece que aún hay un mínimo resquicio para negociar. Ya veremos… Sea como sea, y aunque la empresa aún no ha comunicado nada oficialmente, las cámaras de Canal Plus lo tendrán muy crudo para asomarse al dorado albero maestrante. El problema es el maldito parné, que según los números de la empresa no compensaría la previsible sangría de espectadores que podría causar la televisión. De la misma forma, las cámaras podrían ser un obstáculo más para frenar la recuperación de antiguos abonados -especialmente el hispalense- que han visto con buenos ojos la reducción de festejos. Hablemos de cifras: Los del canal de pago ofrecían 120.000 euros por festejo, 30.000 menos que el año pasado. La empresa, por su parte, planteó un incremento de 5.000 euros con respecto a la última Feria de Abril. Total, que sin hablar el mismo idioma, el acuerdo quedó roto. Y aunque algunos andan descorchando champán por la noticia, el cese de las emisiones taurinas -con todos los inconvenientes y taras que queramos encontrar- no es una buena noticia para el toreo.
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