"...No hay muchos datos para la esperanza, nada parece cambiar en los profesionales a pesar de los avisos de quienes sostienen el negocio; el árbol no les deja ver el bosque y no por ser muy ecologistas, sino por una ceguera total. La venda se la han ido quitando los aficionados, los espectadores, pero ellos no..."
2013 ¿LA ESPERANZA?
Ya estamos metidos en un nuevo año y antes de que se nos olvide queremos desear a todos nuestros lectores que les sea propicio, que se les cumplan sus deseos, sus sueños, que las enfermedades pasen de largo, que gocen del trabajo y, por supuesto, que en lo taurino disfruten con una Fiesta plena.
Siempre se refleja en cada uno de los deseos, al comenzar un nuevo año, la esperanza de que puedan ser cumplidos. Cada uno atisba si la salud será posible, si no se carecerá de trabajo, etc. La esperanza es el clavo al que agarrarse para que cada uno de todos esos apartados no se vaya al suelo.
En nuestra afición, los toros, pasa lo mismo, pero a la hora de hacer pronósticos, naturalmente, éstos han de basarse en los hechos recientes, no pueden sostenerse solo con deseos, pues somos aficionados, no protagonistas directos del enfrentamiento entre toro y torero. En nada se nos permite participar o modificar comportamientos y, por tanto, nada de cuanto ocurra será por nuestra aportación individual o por nuestra culpa.
Lo único que esperan de los aficionados es que pasen por taquilla, es en lo único donde tiene incidencia su aportación y eso precisamente va cayendo año tras año. El bastión de Las Ventas quedó herido en 2012, cuando parecía imposible, y eso resquebraja la confianza, la fe en un futuro más halagüeño.
No hay muchos datos para la esperanza, nada parece cambiar en los profesionales a pesar de los avisos de quienes sostienen el negocio;el árbol no les deja ver el bosque y no por ser muy ecologistas, sino por una ceguera total. La venda se la han ido quitando los aficionados, los espectadores, pero ellos no.
Cada vez son menos los festejos, menos las plazas que abren sus puertas, no hace falta hablar de las que las cierran, siendo este un dato muy clarificador, además de la falta de asistencia de público a las mismas. Erre que erre persisten en el mismo montaje cerrado: las figuras y sus ganaderías como sostén del tinglado que se hunde. Persisten en el hundimiento. Son de ideas fijas.
Pero es obligado mantener la esperanza en que se operen algunos cambios, que exista la posibilidad de ver en plenitud las corridas de toros, donde el toro sea toro sin duda alguna y el torero toree desde la autenticidad, también sin duda alguna. Mientras queden esas dudas seguirán aumentando los ausentes a las plazas.
Pero como todavía no les hemos anunciado que vamos a cerrar nuestro medio informativo de OyT, hartos de estar hartos, nuestra obligación es proclamar que seguiremos denunciando las tropelías y falsedades que la aquejan; es decir, defendiendo la integridad de la Fiesta, pese a todo y pese a casi todos, excepción hecha de nuestros asiduos lectores.
Por eso, para este 2013, consideramos que es obligado mantener, no sabemos por cuanto tiempo más, aquello de que la esperanza es lo último que se pierde.
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Opinión y toros
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