El matador Roca Rey sufre una cogida durante la lidia del primer toro, en la plaza de "La Malagueta" en la corrida de la Feria de Agosto de Málaga. EFE |
MORANTE DE LA PUEBLA |
EL JULI |
Málaga, 18 ago (EFE).- El diestro peruano Andrés Roca Rey hizo la épica hoy en Málaga, donde resultó cogido de gravedad antes de hacer una exhibición de torería y valor visiblemente maltrecho, en una tarde en la que Morante de la Puebla estuvo francamente mal, dejándose, incluso, un toro vivo.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Garcigrande de desigual presentación y juego.
José Antonio "Morante de la Puebla": pinchazo hondo, descabello y el torero se inhibió hasta escuchar el tercer aviso (bronca tras tres avisos); media (palmas tras aviso); y media baja (pitos en el que mató por Roca Rey).
Julián López "El Juli": estocada (silencio); y dos pinchazos y estocada trasera y caída (silencio).
Andrés Roca Rey: tres pinchazos (ovación en el único que mató).
En la enfermería fue asistido Roca Rey de: policontusiones, politraumatismos, herida contusa por asta de toro en abdomen, herida inciso-contusa en tercer externo izquierdo de labio superior que interesa a piel con un trayecto ascendente de unos 2 centímetros y mucosa gingival unos 4 centímetros de longitud en su parte interna. Sin pérdida de piezas dentales, de pronóstico grave".
Traslado en UVI Móvil al Hospital Vithas Parque San Antonio previa estabilización del paciente para completar estudios analíticos y de imagen. Firma el parte médico el doctor Horacio Oliva Muñoz.
La plaza rozó el lleno en los tendidos.
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LA GLORIA Y EL INFIERNO
Tarde calor en el ambiente con el terral malagueño haciendo justicia y tarde de calor también en los tendidos prácticamente llenos de la plaza de toros de La Malagueta. Era una de los carteles más potentes del ciclo y la verdad es que pasó de todo.
Con el primero quedó Morante totalmente inédito en el capote aunque la gente aplaudía cualquier cosa, a lo que se unió un mal tercio de varas y de banderillas. Y aquí empezó el lío.
El toro, sin clase alguna, apenas tenía recorrido, y Morante, como creyó que era imposible, se dispuso a matarlo. Fue un pinchazo hondo y sonó un aviso y dio un descabello. Hizo el amago de volver a entrar a matar mientras sonaba el segundo aviso y lejos de darle una solución a aquello se negó a matarlo buscando el aviso definitivo.
Salieron los cabestros y el toro no regresaba a los corrales. Se intentó apuntillarlo desde el callejón. Volvieron a salir a los cabestros y ya por fin entró. La bronca no tardó en llegar.
Pero como si nada hubiera pasado antes Morante salió en el cuarto para llevárselo a los medios y lucirse, por fin, con la capa. El público le aplaudió como al hijo pródigo, esperando un milagro en la muleta que nunca llegó, pues el toro se pagó pronto. El de La Puebla del Río lo lidió a media altura sin más compromiso. Ni toro ni torero parecían estar por labor.
Pero surgió una buena tanda al natural, que, por momentos, hizo presagiar que aquello podía remontar. Comenzó a sonar la música a medida que Morante comenzaba también a bajar la mano por ambos pitones hasta que el animal no dio más de sí. Le sonó un aviso y pegó media estocada.
Aún le quedaba otra carta más al tener que matar al segundo toro de Roca Rey y a este "naipe" lo recibió por verónicas sin trascendencia. El toro se rajó definitivamente y empezó a desarrollar un peligro que ya lo convirtió en imposible, y como el torero no traía disposición alguna, pues otro para el arrastre y de nuevos pitos tras una media estocada baja.
Con Roca Rey llegó la gloria y el infierno de la torería. Ya había lanzado el guante con un quite descomunal al segundo de la tarde con el capote a la espalda. Y en el suyo se vistió de gallardía en el recibo y se llevó con chicuelinas al paso el toro hasta el caballo.
Brindó la muerte del de Garcigrande al público y comenzó con una buena tanda por la derecha para luego irse enroscando el toro a su cuerpo hasta que llegó la cogida. Con sangre en la boca y visiblemente mermado fue llevado a la enfermería, pero, para sorpresa de todos, volvió a salir al ruedo y toreó con la mano baja y con una grandeza de aúpa por ambos pitones.
Llegaron un pinchazo, un pinchazo hondo y otro pinchazo con una manifiesta debilidad física que acabó en un desvanecimiento. Por lo que fue trasladado a un hospital cercano. Mató su toro Morante entre pitos.
'El Juli' se fue sin romperse las vestiduras debido a que le tocaron dos toros ante los que fue imposible hacer mucho. Con el recibo y en un quite con el capote estuvo muy fino el madrileño, que luego brindó al público la muerte de un toro que se fue rajando poco a poco.
En el sexto anduvo correcto El Juli en una faena sobre ambas manos que no tuvo mayor trascendencia. Dos pinchazos y una estocada trasera y caída fue su firma.
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