¿Alguien sabe lo que pasa con David Mora? Pues no parece que el lugar que ocupa en el escalafón en cuanto a corridas toreadas sea el que en justicia le corresponde, a estas alturas de la temporada. Ya cuando lo vi de novillero en la Feria de Albacete, tuve la impresión de estar a ante un torero con mucho futuro. El tiempo me ha dado la razón, aunque después de un notable esfuerzo para abrirse una rendija por donde entrar en el grupo de toreros que pueden vivir y hasta solucionar su futuro, en tan arriesgada profesión, ahora parece como si se estuviera diluyendo en lo más álgido de su verano peligroso. El de Borox ha hecho el esfuerzo y parece condenado a la gesta diaria si quiere hacerse un sitio en la ferias. Pero ni aun así. A Salamanca, donde abrió la puerta grande el pasado año, no va. Lo mismo ocurre con varias otras ferias en las que siempre se ha justificado, ausencia que resulta chocante por incomprensible. ¿A quién o a quiénes molesta David Mora? ¿Quién veta su presencia en los carteles de determinadas ferias?
Aunque también podría ser que estuviera pagando la hombría de bien de decidir continuar con un apoderado que no pertenece a ningún clan, cuando le tiraron los tejos los grandes del negocio una vez visualizado el “a cojón visto macho es”. Ya se sabe lo difícil que es navegar en solitario, sin integrarse en ninguna escuadra de las dos o tres que navegan con patente de corso por el cada día más proceloso mar del toreo. Fandiño, otro luchador nato, lo ha dejado muy claro cuando ha aludido a su lucha contra “el imperio de las cucarachas”. Y es que haberlas haylas, pero del tamaño de rinocerontes.
Aplausos
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