El torero Juan José Padilla sale a hombros de la Plaza de Toros de Pamplona donde ha cortado una oreja a cada uno de los toros que le ha tocado. (EFE)
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El diestro Juan José Padilla ha puesto el broche triunfal a la feria de San Fermín al cortar una oreja a cada toro de su lote, abriendo así la Puerta Grande, en una porquería de corrida de toros impresentables y muy deslucidos, este sábado en Pamplona.
"...Los toreros "figuras", sobre todo "El Juli", sabrá si la estrategia que debe usar es reducir "la Fiesta" a la miseria de este sábado..."
PADILLA, MARAVILLA
Juan Miguel Núñez
Pamplona.- Sábado,14/07/2012 / EFE
Una corrida impresentable en todos los órdenes. Una tomadura de pelo en la Feria del Toro.
Los toreros "figuras", sobre todo "El Juli", que dice sentirse acosado por sucias maniobras empresariales que lo habrían excluido de ferias tan importantes como Castellón, Valencia, Sevilla y Madrid, sabrá si la estrategia que debe usar es reducir "la Fiesta" a la miseria de este sábado.
Si por el contrario lo que quiere es reivindicar la categoría que se le ha dado en los catorce años que lleva de alternativa, desde luego este no es el camino.
Por otro lado debería haber contado también el amor propio de los ganaderos, que debutaban en la feria, trayendo para tan señalada ocasión esta porquería de corrida.
La Casa de Misericordia se ha debido sentir engañada por unos y otros. Porque su comisión taurina, ejemplar en la organización de encierros y corridas que dan a esta feria una categoría como pocas en el mundo, no se entiende que haya participado en la confabulación que ha dado pie a este desaguisado.
Muchos botones de muestra para la censura de la corrida. El tercer toro pesó ¡485 kilos!, que es como decir que tenía apariencia de novillo. Y los demás, por el estilo. Eso al margen de la indignante falta de raza y de fuerzas en los seis.
Aunque hubo una circunstancia en la tarde para ver el espectáculo con un talante más optimista: la presencia de Juan José Padilla, que en esta plaza es todo un ídolo.
Todo el mundo sabe el calvario por el que está pasando este torero desde aquella terrible cornada que sufrió el pasado octubre en Zaragoza, por la que ha perdido un ojo, tiene todavía problemas de movilidad en la cara y anda igualmente tratando de recuperar la audición del oído izquierdo.
Padilla, ejemplo de valor en el ruedo, no se rinde tampoco en la vida. Y dado que "el sufrimiento forma parte del triunfo", como él mismo dice, en esas está desde entonces.
En Pamplona "rompió" como torero importante hace trece años, en su debut en esta plaza con una corrida de Miura a la que cortó tres orejas. Desde entonces es un ídolo aquí y su carrera ha estado marcada por corridas de esta calaña.
Tras lo de Zaragoza, el público, las empresas y la crítica especializada están de acuerdo en dulcificar tanta dureza como venía sorteando, y ahora se ve anunciado con las ganaderías que llaman comerciales, teóricamente más fáciles.
La cita con Pamplona en esta situación ha sido una explosión de júbilo. El famoso "illa-illa-illa, Padilla-maravilla" ha estado presente toda la tarde, así como el "qué huevos tienes, Padilla que huevos tienes" (con música de Guantanamera).
Cantidad de banderas piratas saludaron en el paseíllo al héroe del ojo tapado. Y de parte del torero la respuesta fue también total. Padilla siempre se ha movido muy bien en este ambiente, y hoy ha sido tremendo.
Sus dos faenas, en ese corte de entrega absoluta que incluye también el compromiso de poner banderillas, de capacidad también y buena resolución, estuvieron rubricadas por sendas estocadas de manual. No cabía discusión: una oreja para Padilla en cada toro con el contento general de la plaza. Las vueltas al ruedo paseando los trofeos, otro espectáculo inenarrable.
Pero con los compañeros alternantes la realidad fue bien distinta.
"El Juli" sin opciones en el complicado segundo, que encima de ser poca cosa tuvo también su "guasita".
Con el quinto, la desesperación en el tendido y la impotencia en el ruedo. "El Juli" intentó un proyecto de parón con el toro ya moribundo, y eso fue lo único que se le tuvo en cuenta para saludar una triste ovación.
Luque pasó también desapercibido en su primero a pesar del esfuerzo, queriéndose meter entre los pitones del esmirriado toro.
Con el sexto anduvo más entonada la cosa, limpios y ligados los muletazos, airosos los remates y adornos entre series. Sumado a eso la efectividad de la estocada le valió una oreja de las de aquí.
FICHA DEL FESTEJO:
Toros de Torrehandilla y Torreherberos, pésimamente presentados y de juego nulo.
Juan José Padilla: estocada fulminante (oreja); y buena estocada (oreja).
Julián López "El Juli": estocada (silencio); y pinchazo y casi entera (ovación).
Daniel Luque: dos pinchazos y estocada (silencio); y estocada (oreja).
Los toros lucieron divisa negra en señal de luto por el reciente fallecimiento de la ganadera, Isabel García Gamero.
La plaza tuvo el acostumbrado lleno de "no hay billetes" en tarde agradable.
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